PARAÍSO, Tab.— La construcción de la séptima del país ha sido un parteaguas para un municipio donde 50.2% de la población se encuentra en situación de pobreza, de acuerdo con la última medición del Coneval.

Con una población de 97 mil personas, el municipio de Paraíso toma color cuando dan las 18:00 horas y la refinería Olmeca deja salir a los más de 32 mil trabajadores con sus overoles naranjas.

En motos particulares, mototaxis y camiones, salen de su jornada laboral con rumbo a casa o buscando un lugar para comer, a sabiendas del conflicto vial que les depara en los libramientos y carreteras aledañas.

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Sin embargo, la obra ha generado más de 200 mil empleos indirectos a casi dos meses y medio de su inauguración, destaca Rocío Nahle, secretaria de Energía.

En su inicio, el complejo integrado por 17 plantas de proceso será operado por mil 200 trabajadores, la mitad que las demás refinerías, donde hay de 2 mil 400 a 3 mil empleados, explica.

El complejo cuenta con áreas verdes, lagos artificiales, canchas de basquetbol y es la única refinería de Pemex que va a tener zona de comedor.

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“Se han cuidado todos los detalles para que el ambiente laboral sea el más propicio y amigable. Todos los edificios son sencillos, dignos, no son ostentosos, pero lo bonito no está peleado con lo práctico”, expone Rocío Nahle.

Mientras recorre el futuro cuarto de control de la refinería, asegura que la obra tiene un alto contenido nacional: “estamos batallando con dos o tres empresas nacionales, porque no habían participado en un proyecto así”.