A causa del conflicto entre y la alta inflación, el gobierno federal podría ser más cauteloso con el gasto público, ante el riesgo de que exista una menor recaudación de impuestos, con lo cual se mantendrá la tendencia de subejercicios observada durante los últimos años, alertaron analistas.

Además de que no se estaría gastando como se planeó, existe el riesgo de ajustes forzados ante el escaso margen de maniobra de las finanzas públicas por el subsidio a las gasolinas y la inevitable alza en las tasas de interés de Estados Unidos que se espera anunciará hoy la Reserva Federal (Fed), lo que provocará de inmediato un mayor costo de la deuda pública.

Se había programado arrancar 2022 con un gasto neto presupuestario de 672 mil 150 millones de pesos en enero, pero finalmente fue de 598 mil 811 millones de pesos, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

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El monto se quedó 10.9% por debajo de lo calendarizado para ese mes, equivalente a 73 mil 338 millones de pesos que no se gastaron, a pesar de que el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para el ejercicio fiscal de 2022 se aprobó antes de la fecha límite.

En 2021, la Cámara de Diputados aprobó para este año, dentro del plazo establecido, un PEF por 7 billones de pesos, un aumento de 8.6% respecto al que fue autorizado un año antes.

Fue el 14 de enero pasado cuando Estados Unidos alertó que Rusia planeaba atacar Ucrania, amenaza que se intensificó durante febrero y se materializó a principios de marzo.

La Secretaría de Hacienda había prometido desplegar durante el presente año el mayor gasto en inversión pública de la historia, por casi un billón de pesos, equivalente a 3.1% del Producto Interno Bruto (PIB).

Al interior del gasto programable, se destinaron 44 mil 349 millones de pesos a inversión física en enero pasado, mientras que para servicios personales se gastaron 113 mil 407 millones de pesos en general en toda la Administración Pública federal.

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Cautela y recortes

Ante ese panorama, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados, consideró recomendable que el gasto público siga aplicándose de manera mesurada.

Lo anterior se justifica dado el conflicto armado en Europa y la presión inflacionaria, entre otros factores que podrían impactar de manera desfavorable las finanzas públicas del país.

Destacó que el balance presupuestal en enero mostró un deterioro menor en finanzas públicas, en comparación con el que se había pronosticado. Así, sugirió seguir por la senda de la cautela en el gasto público.

El economista independiente Mario Correa dijo a EL UNIVERSAL que frente a este panorama se podría dar un nuevo enfoque al gasto.

Una gran oportunidad sería repensar la estrategia en energía y de las políticas públicas.

Como ejemplo, mencionó que una nueva refinería no dejará muchos ingresos ni tampoco el nuevo aeropuerto.

Ante los escasos recursos del sector público, lo importante sería aprovecharlos mejor, y hay muchas fuentes de recursos hacia dónde se pueden canalizar, consideró el economista.

“Si hay algo que se puede hacer es no gastar más, sino gastar mejor”, dijo Correa.

De acuerdo con estimaciones del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), los subsidios a combustibles que está otorgando el gobierno federal para suavizar los aumentos en los precios de las gasolinas podrían ser una presión adicional a las finanzas públicas y se calcula que costarían 30 mil millones de pesos al mes, por lo que no son justificables ni sostenibles.

El profesor de la Universidad Panamericana, Gabriel Pérez del Peral, asigna una probabilidad de 60% a que el gobierno tendría que endeudarse más para enfrentar este contexto, y 40% a que opte por un recorte al gasto.

“No tienen dinero, no hay recursos este año para enfrentar este incremento del precio de gasolinas derivado del conflicto en Ucrania que se ve que seguirá para largo”, puntualizó.

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