Luego de que las autoridades determinaron que hay marcas de queso que se ofrecen al mexicano y que no son 100% de leche, el gobierno emitirá el procedimiento para evaluar el cumplimiento de la Norma Oficial Mexicana correspondiente, que hasta ahora se ha quedado sólo en el papel.

El problema que detectó en octubre pasado la Profeco es que, a pesar de la NOM-223-SCFI/Sagarpa-2018, Queso-denominación, especificaciones, información comercial y métodos de prueba, hay productos que no son 100% de leche a pesar de que ostentan esa leyenda, mientras que hay otros que contienen caseinatos sin notificarlo.

El secretario técnico de la Comisión Ejecutiva Bovinos Leche, Sergio Soltero, explicó que el 31 de enero de 2019, cuando se publicó la NOM 223, se estableció que se emitiría el procedimiento para evaluar su cumplimiento, algo que apenas está llevando a cabo la autoridad.

Expuso que las secretarías de Economía y de Agricultura están por publicar la decisión de que las empresas productoras de queso nacionales deberán recibir a un organismo de certificación para que haga una visita a sus fábricas y analice las familias de productos de quesos.

10 a 12 litros de leche se necesitan para elaborar un sólo queso, es decir, 80 pesos de materia prima.

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En tanto, los importadores deberán tener un certificado de calidad de origen de un laboratorio registrado ante la Dirección General de Normas de Economía.

Hay algunos involucrados que piden que se maneje como una autodeclaración de cumplimiento o que ese cumplimiento sea voluntario, pero si se trata de una NOM, por sí misma es obligatoria, recalcó.

Al final, agregó, de lo que se trata es que los quesos que llegan a las familias mexicanas sean verdaderamente hechos de leche y no contengan más caseínas, grasas, grasas vegetales y sueros, entre otros compuestos.

Añadió que mientras más barato es un queso, menos posibilidad tiene de ser hecho 100% de leche, porque para elaborar uno sólo se requieren entre 10 y 12 litros, es decir, aproximadamente 80 pesos de materia prima.

Si se considera que el litro al productor cuesta entre 6 y 6.50 pesos, más el cuajo, empaque y distribución, entonces no puede pensarse en que un queso es real si se vende a un menor precio que sus costos.

“De lo que se trata es que los quesos que llegan a las familias mexicanas sean verdaderamente hechos de leche”; Sergio Soltero, Secretario técnico de la Comisión Ejecutiva Bovinos Leche 

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De acuerdo con el documento que emitieron las secretarías de Economía y de Agricultura, los fabricantes deben pedir a un laboratorio registrado un certificado de calidad de origen, para mostrar que el queso no excede de los máximos permitidos de grasas vegetales, caseinatos y proteínas de suero.

Sin embargo, recientemente organizaciones, asociaciones y alianzas, entre otros organismos estadounidenses, argumentaron que la disposición va en contra del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

El 22 de marzo, un grupo de 27 asociaciones agropecuarias alertó al gobierno de Estados Unidos de un incremento de obstáculos al comercio de lácteos por el aumento de regulaciones y políticas, como el cumplimiento obligatorio de la NOM-223.

Por su part, la Cámara Nacional de Industriales de la Leche (Canilec) presentó un escrito el 9 de marzo a la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer) en el que asegura que se incumplieron los preceptos de la Ley General de Mejora Regulatoria, no se hizo adecuadamente el análisis de impacto regulatorio, además de que se incumplieron plazos, entre otras omisiones.

En México se producen anualmente alrededor de 470 mil toneladas de queso, mientras que se importan 120 mil toneladas.

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Cambios en etiquetado

Además de la NOM 223, los lácteos también se vieron afectados por cambios en materia de etiquetado para alimentos y bebidas preenvasados.

A partir del 1 de abril es obligatoria la segunda etapa de la primera fase de la NOM-051-SCFI/SSA-2010, Especificaciones generales de etiquetado para alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasados-información comercial y sanitaria.

Consiste en que todos los productos que no sean originales, como los quesos europeos Parmesano, Manchego, Gouda Holland, entre otros, deberán incluir en su etiqueta la leyenda “imitación”, y se elimina la leyenda “tipo”.

Con base en esta aclaración, el consumidor sabrá que no se trata de un producto auténtico.