En los últimos meses se han observado distintas opiniones relacionadas con la eficacia de las estrategias Ambiental, Social y Gobernanza (ASG) o ESG (por sus siglas en inglés) y su relación con los rendimientos de los inversionistas. Este tipo de opiniones, las cuales son conocidas como Anti-ESG, se escuchan principalmente en Estados Unidos. Sin embargo, es importante reconocer que dichas opiniones se encuentran altamente relacionadas con temas políticos y con las industrias más contaminantes, como lo son la industria petrolera, así como con la falta de conocimiento de lo que en realidad es ESG. Por el contrario, en regiones como Europa y América Latina, las opiniones sobre ESG son positivas y se fortalecen año con año.

El contar con una estrategia ESG no garantiza que se tendrán mayores rendimientos que otras entidades y mucho menos en el corto plazo. Es importante considerar que ESG es una estrategia de análisis que se realiza con un horizonte de tiempo de largo plazo, con la finalidad de que las entidades tengan un crecimiento constante, es decir, sostenido. El principal objetivo en un análisis ESG es la identificación de riesgos que, por factores relacionados con temas ambientales, tendencias sociales o la falta de un fuerte gobierno corporativo, pueden llegar a tener un impacto financiero en las entidades. Por lo tanto, la idea de que las estrategias ESG son estrategias filantrópicas para solucionar las problemáticas sociales o el calentamiento global son erróneas, aunque sin duda se encuentran relacionadas con esos objetivos. Sin embargo, ESG desde el enfoque financiero, tiene la finalidad de contemplar todo tipo de riesgos que pudieran afectar financieramente a la entidad.

Realizar un análisis ESG a las entidades significa analizar todo un complemento de factores adicionales. Anteriormente, el análisis de una entidad se enfocaba en sus métricas financieras y en el análisis de sus estrategias en un mediano plazo (alrededor de tres a cinco años). Actualmente, un análisis ESG considera factores que pueden llegar a poner en riesgo las métricas financieras de las entidades por razones relacionadas con temas ambientales, sociales y de gobierno corporativo. Una vez identificados estos riesgos, las entidades tienen la oportunidad de crear estrategias que consideren mitigar estos riesgos en el mediano y largo plazo, o bien crear planes de contención para cuando estos se materialicen.

Los riesgos varían por industrias y el nivel de impacto también llega a variar dependiendo de la naturaleza de la entidad. Con respecto a temas ambientales, un riesgo puede ser tener una alta dependencia a algún recurso natural como lo es el agua, que combinado con una ubicación de alto estrés hídrico puede llegar a tener impactos en la cadena de producción y, como resultado, un incremento en gastos o, en el peor escenario, un impedimento de producción. Por otro lado, es relevante analizar los riesgos que se pueden llegar a tener con temas relacionados con los fenómenos naturales. Como resultado del cambio climático, la presencia de fenómenos naturales como los huracanes y las precipitaciones se presentarán con mayor frecuencia y fuerza. Tal es el caso que se presentó en Acapulco, Guerrero, con el huracán Otis, que fue un huracán de categoría 5 que se presentó en una ciudad que no se encontraba ni física ni financieramente preparada para dicho suceso, y que puede representar un estrés financiero adicional al municipio en el corto plazo.

Por otro lado, las políticas internacionales como el impuesto al carbono obligarán a las entidades a contabilizar el impacto ambiental que tiene la elaboración de sus productos, con la posibilidad de tener un incremento en precios. Dicho riesgo tendrá mayor impacto en las entidades que no utilicen energías renovables, no eficienticen su cadena de producción o no utilicen tecnología innovadora. Entre mayor sea el impacto ambiental, mayor será el impuesto aplicado, con el posible impacto de un alza en el precio final del producto, que dificultaría competir con entidades que cuenten con bajas emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).

Aunque las aportaciones a proyectos filantrópicos y el apoyo a las comunidades es algo que se considera en el análisis, el enfoque de ESG está más relacionado con aquellos factores que pueden llegar a tener un impacto financiero. Por un lado, se analiza el capital humano de la entidad, desde el plan de carrera y las prestaciones ofrecidas hasta el índice de rotación. Lo anterior debido a que la falta de capacidad de retención de talento tiene un incremento en los gastos de contratación y de capacitación. Asimismo, se analiza la diversidad en la plantilla laboral, ya que contar con una variedad de opiniones y perspectivas fortalece a las entidades para ser innovadoras y considerar las distintas opiniones que sus consumidores pudieran tener. Actualmente, los factores sociales analizan si las entidades cuentan con protocolos de hostigamiento y acoso sexual, si cuentan con estrategias éticas de mercadotecnia y si cuentan con planes de contingencia ante externalidades sociales. Esto debido a que en caso de materializarse alguno de estos riesgos, se puede llegar a observar un incremento en gastos por demandas laborales, así como una mala reputación que puede llegar a tener un impacto directo en la preferencia de los consumidores.

El análisis de factores de gobierno corporativo o gobernanza es algo a lo que el sector financiero se encuentran más acostumbrados a verlo en un análisis. Factores como la formalización de un gobierno corporativo y la experiencia de la alta dirección tienen un impacto en la dirección y en el manejo que se le dará a la entidad. Por otro lado, contar con auditorías internas y externas sobre la operación y los estados financieros de la entidad ayuda a mitigar los riesgos de corrupción y reducir el riesgo de errores materiales. El gobierno corporativo es esencial para que todas las políticas, incluyendo las relacionadas con temas ambientales y sociales, se puedan llevar a cabo y puedan tener el impacto esperado por la entidad. Por lo tanto, en la mayoría de las industrias, el factor de gobernanza en una evaluación ESG tiene mayor peso en el resultado final.

Los factores ESG son considerados en su mayoría como cualitativos, sin embargo, están relacionados directamente con los estados financieros como las ventas y/o ingresos, gastos de operación, multas, impuestos, entre otros. ESG es un análisis complementario que ayuda a tener una perspectiva de cómo se encontrará la entidad en el mundo que tendremos en el largo plazo. Lo anterior considerando el calentamiento global y sus efectos, así como las crisis relacionadas con temas sociales. Es por lo anterior que no se esperaría que se debilite el sector ESG, al contrario, se espera una mayor regulación. La Securities Exchange Comission (SEC) en Estados Unidos, así como la European Securities and Markets Authority (ESMA) en la Unión Europea fortalecen cada año las regulaciones ESG, las cuales se encuentran enfocadas, principalmente, en la divulgación de información no financiera por parte de las entidades públicas.

*Directora de Sustainable Impact en HR Ratings

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