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México desaprovecha las oportunidades que brinda el mercado de Estados Unidos en materia de abasto de turbosina, combustible usado en aeronaves privadas y comerciales.

La US Energy Information Administration (EIA), órgano estadístico del Departamento de Energía de Estados Unidos, publicó el viernes pasado un reporte en el que señala que las importaciones de combustible para aviación de la Costa Oeste de ese país están aumentando para satisfacer la creciente demanda.

“Las importaciones netas de combustible para la Costa Oeste han aumentado a medida que el consumo regional de combustible a reacción ha superado a la producción”, dice el analista responsable del estudio, Neil Agarwal.

El consumo de este combustible de esa región aumentó 6% en 2016 y 5% en 2017, promediando 527 mil barriles por día el año pasado.

Alaska y Hawái tienen un mayor consumo de combustible per cápita debido a sus ubicaciones remotas, utilizando 13 y cinco veces el promedio nacional, respectivamente.

La mayor parte de las importaciones que demanda el mercado estadounidense provienen de refinerías de Asia, fundamentalmente de Corea del Sur, China y Japón.

México exportó turbosina hasta 2014 debido a la caída de la producción, que se redujo de 66 mil barriles diarios en 2007 a 40.5 mil barriles reportados el año pasado, lo que llevó a tener importaciones crecientes del combustible, hasta alcanzar un nivel que en 2017 superó la producción nacional de 43.1 mil barriles.

Aunque las ventas externas de este tipo de carburante eran reducidas, pues promediaban entre mil y hasta 7 mil barriles diarios entre 2000 y 2013, permitieron generar ingresos por mil 345 millones de dólares en ese periodo, recursos que México ha dejado de captar.

México desaprovecha “sed” de turbosina de EU
México desaprovecha “sed” de turbosina de EU

El documento explica que los estados en la región de la Costa Oeste (que bordean el Océano Pacífico, más Nevada y Arizona) constituyen 20% de la población de EU, pero representan casi un tercio del consumo de combustible de aviones.

Argumenta que varios factores impulsan el aumento del consumo de turbosina desde 2014, año en que México dejó de exportar.

El precio promedio del combustible disminuyó a 1.53 dólares por galón en 2015, comparado con un precio promedio de 2.92 dólares entre 2012 y 2014, principalmente debido a los precios más bajos del crudo.

Además de los bajos precios del combustible para aviones, el crecimiento económico y demográfico desde 2012 en la región de la Costa Oeste ha sido mayor que el promedio de Estados Unidos.

Sostiene que debido al aislamiento de la Costa Oeste de las áreas de producción, las mayores importaciones han cumplido con la creciente demanda de combustible.

Desde 2012 y hasta 2014, 98% de la demanda de combustible de aviación de la región se cubrió con la producción propia de la Costa Oeste. Sin embargo, esta proporción cayó a 87% de 2015 a 2017. El aumento de las importaciones creó una oportunidad para que las refinerías asiáticas suministren turbosina.

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