Considerada como el impuesto de los pobres por dañar más a quienes menos tienen, la inflación ha crecido a mayor ritmo desde que inició la autollamada respecto al gobierno pasado.

Del 1 de diciembre de 2018 al 31 de marzo de 2021, es decir, en los primeros 28 meses de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, la inflación general acumulada ha sido de 9.3%.

Esta tasa es mayor a la que hubo en el periodo similar del gobierno de Enrique Peña Nieto, con una inflación de 9.0% del 1 de diciembre de 2012 al 31 de marzo de 2015, de acuerdo con el Índice Nacional de Precios al Consumidor del Inegi.

Con Felipe Calderón Hinojosa los precios al consumidor reportaron un aumento de 12.3% en el mismo lapso, mientras que con Vicente Fox Quesada la inflación acumuló una tasa de 13.0%.

Sin embargo, estos incrementos están lejos de los observados en el siglo pasado, de 106.7% durante los primeros 28 meses de Ernesto Zedillo Ponce de León; de 68.0% con Carlos Salinas de Gortari; de 270.1% con Miguel de la Madrid Hurtado; de 53.0% con José López Portillo; y de 15.3% con Luis Echeverría Álvarez.

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Ya sean alzas de uno, dos, tres o hasta cuatro dígitos, como en Venezuela, la inflación ha confirmado en el gobierno del presidente López Obrador por qué es considerada como el impuesto de los pobres.

Si bien México acumuló una inflación de 9.3% en los últimos 28 meses, las familias con ingresos de hasta un salario mínimo, es decir, aquellas que perciben máximo 4 mil 250 pesos al mes, enfrentaron una inflación de 10.4% durante el mismo periodo, muestra el Inegi.

Los hogares que ganan de uno a tres minisalarios, de 4 mil 251 a 12 mil 750 pesos, resintieron una carestía de 10.1%.

La inflación se desaceleró a 9.6% para las familias que perciben de tres a seis salarios mínimos, de 12 mil 751 a 25 mil 500 pesos, pero las menos desfavorecidas fueron aquellas con ingresos superiores a 25 mil 500 pesos, pues los precios de los bienes y servicios que consumen subieron 8.9%, es decir, abajo de la tasa general de inflación.

En lo que va del gobierno de AMLO, los alimentos se han encarecido 12.2%, la ropa 5.1%, el uso de vivienda 6.0%, muebles y aparatos 4.6%, y medicamentos y servicios médicos 11.2%.

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Con alzas y bajas

Con un incremento acumulado de 97.5%, el limón es el alimento que más se ha encarecido desde que inició la 4T.

Por ejemplo, el limón persa a granel se vendió en promedio a 51.9 pesos por kilo el mes pasado en la Ciudad de México, mientras que, en noviembre de 2018, antes de que iniciara este gobierno, costaba 16 pesos, muestran datos del Inegi.

Le siguen la uva, con un repunte de 52.8%, continuando con los ejotes, con 47.9%, así como la guayaba y la papa, productos que se han disparado 43.0% en 28 meses. En sexto lugar se ubica el frijol, con un aumento de 42.7%, debido a fenómenos climáticos y a la escasa oferta por parte de los productores de Durango y Zacatecas.

En el otro extremo se encuentra el jitomate, el alimento que más se ha abaratado durante esta administración, pues su precio se ha desplomado 52.2%.

Por ejemplo, el jitomate saladette se comercializó en promedio a 18 pesos por kilo el mes pasado en la capital del país, tras venderse en 33.5 pesos a finales del sexenio pasado.

Continúan el tomate verde, con una disminución de 37.0%; la cebolla, con -34.7%; el chile serrano, -22.6%; el chile poblano, -15.0%; y los nopales, con -6.6%.

Destaca también que las tarifas hoteleras reportan una baja de 6.0% en 28 meses, ante la paralización del turismo por la irrupción del Covid-19.

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Con una inflación acumulada de 12.2% y una población de 721 mil personas, en su mayoría mujeres, Torreón, Coahuila, es la ciudad donde los precios han subido más durante la actual administración federal.

Le siguen Tehuantepec, Oaxaca, donde habitan 68 mil personas y los precios han subido 11.5%, continuando con San Andrés Tuxtla, Veracruz, con 162 mil habitantes y una inflación acumulada de 11%.

En el caso particular de las metrópolis, los 9.2 millones de residentes de la Ciudad de México enfrentaron una carestía de 9.2%, que se ubica por debajo de la media nacional.

En Guadalajara, una inflación de 10.0% alcanzó a 1.4 millones de personas, mientras que en Monterrey los precios se incrementaron 7.9% para 1.1 millones de habitantes.

Con una de las tasas de pobreza más bajas del país, Monterrey fue la quinta ciudad con la menor inflación durante los últimos 28 meses.

La capital de Nuevo León se ubicó sólo detrás de Mexicali, Baja California, donde los precios se elevaron 6.4%; Ciudad Juárez, Chihuahua, con 7.6%; Cortazar, Guanajuato, con 7.7%; y Huatabampo, Sonora, con 7.8%, de acuerdo con el Inegi.

“No tenemos problemas mayores, tenemos control de inflación”, aseguró el presidente López Obrador apenas en octubre pasado.