La incorrecta interpretación de las reglas de origen del sector automotriz en el T-MEC por parte de Estados Unidos puede ser contraproducente, alertó el presidente de la Asociación de Fabricantes de Partes Automotrices (APMA, por sus siglas en inglés), Flavio Volpe.

Hay peligro de que las armadoras no usen el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) para exportar, que empleen piezas asiáticas y paguen un arancel de 2.5%, en lugar de más contenido regional.

En entrevista con EL UNIVERSAL, dijo que la interpretación que hace la autoridad estadounidense a las reglas de origen no es lo que se negoció originalmente, y eso abrirá la puerta trasera a las autopartes asiáticas.

Confió en que en la primavera-verano de 2022 se logre un acuerdo, considerando tiempos electorales de los países y que las mayores afectaciones serán para los consumidores estadounidenses y sus automotrices.

“La nueva interpretación de las reglas de origen para autos, específicamente en redondeo, ponen en riesgo los beneficios del T-MEC”, afirmó.

El acuerdo plantea que el contenido regional de un auto subirá de 62.5% a 75% para que se exporte libre de arancel.

De no alcanzarse ese porcentaje, debe pagarse un arancel de 2.5% por el precio del vehículo.

“Si una armadora decide no apegarse a ese 75%, va a pagar 2.5% de arancel de multa, así que se integrará el auto con 60% o 40% de autopartes, o cualquier porcentaje que sea viable económicamente”, explicó Volpe.

Estados Unidos interpreta que cada autoparte que cumpla con el contenido no se redondeará a 100%; por ejemplo, una parte de acero quedará en 75%, eso no fue el trato, expuso.

“El punto es que los chinos protegen a su industria, los japoneses también, y nosotros abrimos la puerta trasera”, explicó.

Si una industria paga 2.5% de multa por no cumplir con el contenido del T-MEC, los afectados serán consumidores estadounidenses, agregó, porque deberán pagar más por un auto.

Sobre todo si son pick ups, que tienen un arancel de 25% si no cumplen con el contenido del T-MEC, lo que afectará a empresas estadounidenses, los mayores fabricantes. “Si estás forzando a productores estadounidenses a utilizar más insumos locales se te puede subir el costo de producción 5% o más, pero tienes productos más competitivos de Asia, Japón, Malasia, Vietnam o China: vas a importar más para pagar ese 2.5”, agregó.

Entonces, el 75% deseado puede bajar a 50%, porque tiene insumos más baratos, y eso sería en beneficio del consumidor.

Lo estadounidenses aprietan más los tornillos, dijo, y pueden trasroscar el tornillo, es decir que llevarán a industriales a exportar sin usar el T-MEC y a comprar menos de América del Norte.

Volpe expuso que en septiembre próximo, cuando regresen a trabajar, dialogarán con los diversos congresistas de Estados Unidos para explicarles que las mayores afectaciones serán para sus propios ciudadanos.