El Banco de México (Banxico) está próximo a dar a conocer el resultado de sus estados financieros dictaminados correspondientes al ejercicio de 2022, en el cual se espera que no habrá un remanente de operación para entregar al gobierno federal.
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Analistas explicaron que eso se debe a que, durante la mayor parte del año pasado, el tipo de cambio se apreció y el remanente cambiario sólo se genera cuando hay una fuerte depreciación del peso, lo que se traduce en ganancias obtenidas por las operaciones del banco central.
La última vez que Banxico compartió parte de sus utilidades fue en 2016, cuando entregó un jugoso remanente por 321 mil 653 millones de pesos.
Banxico presentará sus estados financieros antes de que acabe el mes en curso, luego de que fueron dictaminados por un auditor externo y revisados por el Comité de Auditoría que preside el subgobernador, Omar Mejía Castelazo, quien al ser ratificado por el Congreso se comprometió a actuar siempre con independencia y a hacer valer la autonomía del banco central.
Este compromiso lo volvió a refrendar ayer durante su participación en la Cátedra SHCP organizada por la Facultad de Economía de la UNAM: “El Banco de México actúa con independencia a cualquier ciclo”.
Recursos polémicos
En esta ocasión, Banxico podría reportar una pérdida que deberá compensar, ya que el último dato disponible a noviembre de 2022 tenía un resultado negativo del ejercicio por 354 mil 177 millones de pesos.
Para la directora de análisis Económico y Financiero de Banco Base, Gabriela Siller, seguramente no habrá remanentes que entregar al gobierno federal por la apreciación del peso frente al dólar.
Recordó que, durante 2022, la moneda nacional terminó el año como la segunda divisa más apreciada, y el remanente se da siempre y cuando haya una depreciación del tipo de cambio.
Siller enfatizó que estos recursos no se deberían ver como un recurso recurrente para el gobierno, porque son volátiles.
Por otro lado, cuando el remanente es positivo hay más ingresos, pero sólo sirven para pagar deuda externa, señaló.
El remanente de operación ha generado polémica durante el actual gobierno. En 2021, cuando se habían cumplido tres años sin entrega de esos recursos por parte de Banxico, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que el banco central debería transparentar cuentas, pues podría haber ayudado a adquirir vacunas contra el Covid-19.
Banxico no es una institución con fines de lucro, de manera que el remanente de las ganancias que obtiene como producto de las fluctuaciones cambiarias que se deriven de los movimientos del peso contra el resto de las mondas en las que se invierte la reserva internacional, principalmente el dólar estadounidense, se debe entregar al gobierno.
La Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria establece que, cuando hay un remanente, la Secretaría de Hacienda debe destinar al menos 70% a la amortización de deuda pública del gobierno contratada en ejercicios anteriores.
Otra opción es que se use para reducir el monto de financiamiento necesario para cubrir el déficit presupuestario que, en su caso, haya sido aprobado para el ejercicio fiscal en que se entere el remanente.
También puede ser una combinación de ambas alternativas; el monto restante se debe utilizar para el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios o al incremento de activos que fortalezcan la posición financiera del gobierno federal.
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Superpeso
Durante el año pasado, el peso mexicano cerró con una cotización de 19.48 pesos por dólar, equivalente a una apreciación de 5.09%, es decir, 1.04 pesos.
El año pasado la paridad cambiaria tocó un máximo de 21.46 pesos frente al dólar el 8 de marzo; su mínimo se registró el 29 de noviembre, en 19.04 unidades, nivel que no se registraba desde el 25 de febrero de 2020.
Un análisis de Banco Base indica que el año pasado el mes de mayor volatilidad para el tipo de cambio fue junio, con una variación de 13.67%, mientras que el de menores fluctuaciones fue enero, con 5.50%.
El peso se depreció frente al dólar durante cinco meses el año pasado, pero durante seis ganó terreno, lo que le valió que lo llamaran superpeso por varios factores, como los mayores flujos de divisas por turismo, remesas e inversión extranjera directa y de cartera, así como por la postura monetaria de Banxico cuando comenzó a subir su tasa.
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