Hoy en la mañana salí a correr como casi todos los días, pero hoy con una meta determinada que en los primeros kilómetros parecía que iba a poder alcanzar sin ninguna dificultad  pero pasada la hora, los kilómetros y los minutos tuve que hacer un ligero ajuste. Lo mismo me pasó hace dos semanas en una carrera, el problema ese día fue que me desmoralicé y en vez de apretar el paso para no alejarme tanto de mi objetivo lo que hice fue detenerme a caminar y pensar en un sin fin de razones para no seguir en la carrera. Seguí hasta la meta pero no lo disfruté nada y por supuesto llegué con ganas de no volver a correr.

¿Qué pasa cuando nos proponemos metas demasiado altas? Quizá el asunto no sea ese en sí, sino lo ¿Qué pasa con nuestra motivación cuando el objetivo nos empieza a quedar lejos?  No está mal plantearse objetivos por arriba de lo que estamos acostumbrados, pero a veces sucede que la misma inercia de los logros anteriores evita que se vea la realidad o la situación del presente. Una cosa es tener fe  en que se logrará y otra dejarse llevar por una fantasía o por una motivación exagerada. Pero independientemente de lo que sea, creo que es importante aprender a improvisar, ajustar lo que se tenga que hacer y hacerlo, y sobre todo evitar el desánimo.  Si no desanimamos todavía existe probabilidad de acercarse lo más posible a lo que se había planteado y si de plano no, al menos debe quedar el disfrute del camino.

En el futuro estar conscientes de los alcances así como saber y entender nuestras capacidades que si bien aumentarán con la práctica, la realidad es que no sucede de la noche a la mañana. A veces no basta sólo con la práctica o el esfuerzo, también hay dotes, genética y otros muchos factores que impiden que alcancemos las metas que quizá para otros son fáciles de alcanzar. Las metas deben ser personales aun cuando aspiremos a ser como otros, pero sobre todo realista con el aprendizaje y entendimiento de los procesos, en la medida que volteemos la vista hacia nuestro trabajo personal sin comparaciones con otros podremos capitalizar mejor nuestro aprendizaje sin perder motivación.

Ayuda mucho la competencia en cualquier ámbito para ser mejores, lo que no ayuda es compararse constantemente con otros ya que cada persona es distinta.

Twitter @reginakuri

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