Por si fuera poco lidiar con sus propios problemas, ahí les van las caóticas desventuras que tuvo que pasar un médico (mi padre) gracias al Hoy No Circula.

La semana pasada lo vi sufrir. Debo admitir que la contingencia ambiental obtuvo más puntos en hacerlo rabiar que yo cuando reprobé mis exámenes de matemáticas en la secundaria. Imaginen su cara cuando vio en las noticias que su coche 00 descansaría un sábado al mes y todos los lunes de aquí a junio; seguramente varios mexicanillos con coche hicieron la misma mueca de disgusto. Sobre todo al darse cuenta que el transporte público y todos esos camiones de carga seguirían circulando y echando humaredas por las calles y avenidas del Valle de México.

El sábado no hubo tanto problema. Total, los fines de semana no va al IMSS. Lo grave vino el lunes, porque en lugar de sacar su auto de la cochera e irse a trabajar como diario lo hace, tuvo que optar por medidas que usa sólo en casos extremos. La primera opción era irse en metro, pero si de por sí siempre viene “hasta el rabo” (como dice él), en casos como este se iba a poner peor. Ya es bastante molesto ir todo el camino parado, con los cachetes prácticamente adheridos a la puerta y oliendo las axilas mojadas de la señora que viene a un lado... Peor aún con el aumento de 400 mil pasajeros registrado durante los primeros días que se implementó el programa Hoy No Circula debido a la contingencia. Y aunque se añadieron 28 trenes a cuatro de las líneas más saturadas, estoy segura que más de uno ha estado pasando por esto durante las mañanas:

Eso sin contar que entre más gente hay en los vagones, más tiempo tarda el metro en llegar a su destino. La segunda opción y la que eligió fue tomar un taxi. Lamentable la decisión de mi padre, pues lo dejó con la cartera media rota al final del día, porque la verdad, aunque 10 mil taxistas de base cobraron 50% menos del banderazo, el precio de un viaje en taxi sigue siendo costoso. Además tuvo que esperar cerca de treinta minutos a que llegara un taxi seguro a la base que está cerca de casa.

La situación empeoró ese mismo día. Estaría bien padre que cuando saliera del Seguro, regresara a casa y se quedara tranquilo el resto del día. Pero no. La vida no funciona así. También trabaja en la privada, porque el salario del Seguro no alcanza y tiene una familia a la cual alimentar. Como a las 3:00p.m. recibió una llamada de la clínica a la que va por las tardes. La enfermera le pidió ir a hacerle la valoración preoperatoria a la señora de la cama siete, esa que entraba a cirugía al día siguiente por la mañana. No había de otra. Se salió con el maletín y el electrocardiógrafo envueltos en unas bolsas de plástico y se montó en otro taxi.

No quiero leerme pesimista pero, ¿qué habría pasado si le hubieran robado sus aparatos en el camino? ¿Con qué sacaría la chamba si no tuviese el dinero suficiente para comprarse un aparato nuevo? Peor aún, ¿qué sin un paciente con enfermedad terminal necesitara la ayuda de un médico y este no llegara a tiempo gracias a que el metro se quedó parado como diez minutos en cada estación?

Hay un sinfín de posibilidades y consecuencias. Por un lado está la vida diaria de los mexicanos y las prioridades que los apremian, pero tampoco es incorrecto tomar medidas apropiadas en situaciones como esta. Finalmente la calidad del aire es un factor importante en la sociedad, ya tenemos suficiente con los calores endemoniados de estas fechas como para permitir que la contingencia ambiental empeore la calidad de vida. Mejor es tomar precauciones y planear durante este periodo para evitar conflictos más serios.

Ahora sí, pueden continuar con la resolución de sus propios problemas. Y si tienen alguna duda respecto al programa Hoy No Circula píquenle .


Frida Sánchez, Comunicación y Periodismo FES Aragón, UNAM
@fridii_crazy

Ilustrador Elihu Shark-O Galaviz
@elihumuro
http://on.fb.me/1Q720Kj

#PonteYolo
@Ponte_Yolo

Google News

Noticias según tus intereses