El destino del fotógrafo es el viaje y aquí vale aclarar que no es lo mismo ser viajero que turista porque éste último viaja sin vivir, fotografía sin mirar para que después, en la seguridad de su hogar, viva a través de lo que ve en sus fotografías. Viajar es entregarse a la experiencia y dejar que ésta nos transforme. De esta manera cada viaje será distinto, aún y cuando el destino se repita una y otra vez, porque cada vez seremos otro.

Mi viaje ha sido continuo, sin plazo ni itinerario predeterminados, sin expectativas. He sido guiado por la invisible voluntad de la intuición, esa brújula certera que se adapta mejor a las circunstancias que un moderno GPS. He confiado en mis propios pasos aunque me perdiera en el intento, porque un error en el camino potencializa las probabilidades del encuentro.

Supe entonces que viajar es hacer un viaje dentro de nosotros mismos también, que ahí donde se da el contacto entre el viaje interno y el externo, los iconos de la aventura se configuran, se identifican, se vinculan entre sí para tomar posesión de la memoria y configurar otra geografía más íntima, más propia, más significativa a la vivencia personal. El punto de encuentro entre el afuera y el adentro es un incidente metafísico que, si estamos atentos, se materializa en una imagen que hace visible lo invisible, que expone en dos dimensiones todas las dimensiones que contiene la realidad. Así, la fotografía sustrae de la cadena del tiempo esa fracción de segundo que se convierte en el afortunado resumen de nuestra vivencia.

Fotografiar lo que se vive, vivir lo que se fotografía. Así de simple o de complejo es el marco conceptual de todo mi trabajo en el que forma y fondo buscan ser lo mismo. Sin embargo, el eje de la fotografía no se encuentra en la fotografía misma sino en la intención de vivirla. Fotografiar no es lo mismo que vivir, aunque vaya junto, porque a fin de cuentas el arte es sólo ese espejo en el que se refleja lo que somos, y aquí cabe parafrasear la sabiduría popular: dime qué fotografías y te diré quién eres.

Continuará…


* Pedro Tzontémoc nace en la Ciudad de México en 1964. 

De formación fundamentalmente autodidacta. Inicia sus estudios de fotografía 1981, considerando de mayor importancia los realizados a manera de pláticas con la maestra Kati Horna.

Ha publicado diez libros y ha realizado diecinueve exposiciones individuales. Ha participado en más de cincuenta exposiciones colectivas en México y el extranjero.

Actualmente coordina la colección luz portátil – Artes de México de libros de fotografía.

www.pedrotzontemoc.com

 

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