Tenemos un caldo de cultivo que nos pronostica que el día de las elecciones podríamos ver a miembros del crimen organizado muy activos, movilizando o inhibiendo el voto.

La indiferencia de este gobierno la demuestran las drásticas reducciones y cancelaciones de programas y partidas presupuestales dirigidos a la protección y atención de la niñez mexicana.

A los mexicanos nos deben una profunda reforma al Poder Judicial que no tiene que ver con la deseada por López Obrador de tener jueces por elección popular, que lejos de resolver la corrupción al interior, la agravaría.