Existe un constante debate cuando se refiere al automovilismo profesional. Algunas personas consideran que no se trata de un deporte como tal, pues los pilotos no realizan esfuerzos físicos durante la competencia, pero no podrían estar más equivocados.

Para muestra, las famosas fuerzas G. Si estás familiarizado con el mundo del automovilismo sabrás que esta es la medida de aceleración basada en el incremento de velocidad de un objeto a causa de la gravedad. Se podría decir que una aceleración de 1G es lo estándar , y se representa como 9.8 metros por segundo al cuadrado. Los pilotos de F1 están en constante lucha contra las fuerzas G en cada aceleración, frenada y curva, algo que demanda de mucho esfuerzo físico y mental.

Esto obviamente se traduce en efectos físicos como perdida de fuerza, mareos y, en muchos casos, desmayos. Esto es porque el cuerpo humano no puede soportar grandes cantidades de fuerzas G por mucho tiempo.

Esto obligó a que la tercera carrera de la temporada 2001 de la FedEx CART Championship fuera cancelada, y la historia de cómo se dieron cuenta lo que pasaba es más que curiosa.El lugar era Texas Motor Speedway, una pista inaugurada en 1996 con la finalidad de albergar carreras de NASCAR. El óvalo ha sido escenario de trágicos accidentes, como la muerte de Tony Roper en 2000 cuando se estrelló contra un muro de contención.

En esta pista se tiene el récord del accidente más fuerte , con 214 G . Esto equivale a experimentar 214 veces la gravedad convencional en el cuerpo, algo que pudo haber sido mortal para el piloto, pero salvó su vida gracias al equipo de seguridad.

No obstante, el circuito era demasiado popular en esa entonces CART (organización que llevaba las carreras Indy) firmó un contrato por 3 años para llevar la categoría al óvalo tejano.

A finales del 2000 empezaron las pruebas en la pista, mismas que delataron algunos problemas de seguridad para los pilotos de Indy. A diferencia de los autos NASCAR, los monoplazas eran mucho más rápidos gracias a los motores turbocargados. Si a esto le sumamos la carga aerodinámica y el peralte de 24 grados en las curvas, el Texas Motor Speedway era la pista más rápida de la categoría.

Para darnos una idea, en este circuito se tenía un récord de velocidad de 309 km/h en un NASCAR, mientras que los monoplazas de CART lograron hasta 379 km/h en algunos momentos. Pilotos como Kenny Brack argumentaban que esta pista daría pie a una carrera sumamente competitiva, pero que debían de tener cuidado para no poner en riesgo la vida de ninguno de los competidores.

Según el promedio de velocidad de CART, los pilotos circularían a 344 km/h la mayor parte de la carrera. Pilotos como Helio Castroneves y Scott Dixon tuvieron que hacer sus propias pruebas para conocer el óvalo, pero se vieron canceladas por lluvias.

Llegó el día de las prácticas para el Fireston Firehawk 600. Estas fueron lideradas por Tony Kanaan y registró una velocidad máxima de 375 km/h. Para la segunda sesión de prácticas, se rompió el récord y lograron 378 km/h cortesía del monoplaza de Kenny Brack.

La historia de la carrera que nunca sucedió: Fireston Firehawk 600
La historia de la carrera que nunca sucedió: Fireston Firehawk 600

Las preocupaciones comenzaron cuando, en plena práctica, Mauricio Gugelmin chocó en la recta tras perder tracción saliendo de la curva 2. El impacto final fue de 113 G, pero el piloto no sufrió lesiones gracias al dispositivo Hans, que mantuvo su cabeza firme en todo momento.

El piloto decidió no participar por el resto del fin de semana y advirtió que, curiosamente, sintió pérdida de fuerza para controlar el auto al salir de la curva. Los médicos lo revisaron para ver si tenía alguna especie de enfermedad, pero no pudieron encontrar nada fuera de lo común en Mauricio Gugelmin.

Al final de las prácticas, dos pilotos más secundaron a Mauricio y comentaban que experimentaron desorientación y mareos durante la sesión. Nadie lo tenía en mente, pero ir a más de 360 km/h de forma constante era un peligro para todos los pilotos por las fuerzas G a las que estaban sometidos.

“Según mi equipo, ayer registré una fuerza G de 6.5 en la curva 2. Esto me dejó mareado y desorientado, por momentos sentía que me iba a desmayar,” comentó Tony Kanaan a los medios locales luego de las prácticas.

Una persona normal no podría pasar de los 5 G sin desmayarse. Los pilotos están entrenados para este tipo de situaciones, pero aún así 6.5 G ya era mucha fuerza como para mantenerse al 100 por ciento.

La carrera continuaba y llegó el momento de la calificación. Los equipos no limitaron sus recursos y se registraron velocidades de hasta 380 km/h. El piloto fue Paul Tracy, pero de igual manera argumentó que por poco pierde el conocimiento al salir de la curva 2.

La historia de la carrera que nunca sucedió: Fireston Firehawk 600
La historia de la carrera que nunca sucedió: Fireston Firehawk 600

Según los datos de los equipos, los pilotos estaban sufriendo entre 5 y 6.5 G por un lapso de 18 segundos por vuelta, casi el 90 por ciento del recorrido. El tiempo de vuelta no superaba los 24 segundos, por lo que el ser sometidos durante tanto tiempo a esa cantidad de fuerzas G era sumamente peligroso para los pilotos.

Los organizadores del evento se pusieron en contacto con un ingeniero de la NASA quienes les aseguró era una mala idea seguir con la carrera.

“Un ser humano puede soportar un máximo de 5 G por poco tiempo, digamos 2 minutos. 3 o 4 vueltas las podrán correr sin problemas, pero cuando lleguen a las 10 caerán inconscientes debido a la fuerza que su cuerpo está experimentando,” comentó el Dr. Richard Jennings, ingeniero de la NASA.

La historia de la carrera que nunca sucedió: Fireston Firehawk 600
La historia de la carrera que nunca sucedió: Fireston Firehawk 600

Durante la noche trataron de modificar las rectas de la pista para que los pilotos no alcanzaran tanta velocidad, pero el tiempo estaba en contra. Otra de las soluciones era pedirle a los equipos que bajaran los PSI de los turbocargadores en los monoplazas para limitar su velocidad.

La mayoría de los equipos negaron la petición porque se traduciría en un desequilibrio del motor e indudablemente se presentarían fallas. Otra solución fue introducir banderas amarillas cada 20 vueltas para que los pilotos regularan su presión sanguínea, pero esto causaría un caos en la pista.

Al día siguiente, la sesión de calentamiento fue cancelada y a las pocas horas se hizo oficial el anuncio. La carrera Fireston Firehawk 600 era cancelada oficialmente para garantizar la seguridad de los pilotos.