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El secretario de Relaciones Exteriores (SRE), José Antonio Meade, inauguró ayer en Cancún, Quintana Roo, la primera Conferencia de Estados Parte del Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA), donde los países participantes deberán lograr la total implementación del convenio para mejorar el control sobre armas convencionales y reducir con ello conflictos y violencia.

El canciller Meade afirmó que esta reunión es “una prueba de que la diplomacia puede salvar vidas”, pues al recordar los trabajos de casi una década— desde que la idea del tratado se gestó en Costa Rica— señaló que organizaciones terroristas tenían acceso a armas convencionales y los niños participaban en los ejércitos.

Para enfrentar este problema, expresó, se necesita “una participación relevante de la industria que cooperara con la diplomacia internacional para construir un mercado responsable de armas convencionales”, así como de una sociedad civil activa.

La primera conferencia será responsabilidad de los Estados Parte del TCA para poner en práctica el funcionamiento de dicho instrumento jurídico, mediante la construcción de una andamiaje institucional y procedimental.

La adopción del Tratado sobre el Comercio de Armas representa un logro histórico, al constituir el primer instrumento internacional que establece normas comunes jurídicamente vinculantes, que buscan regular las transferencias de armas convencionales, con el objeto de fomentar un comercio responsable y evitar su desvío al mercado ilícito.

El canciller detalló que los miembros tienen ahora una posibilidad de lograr la universalización de este convenio, implementarlo adecuadamente y dotarlo de “un buen reglamento, de buena estructura financiera y de una sede para su secretariado.

“Queremos hacer de Cancún la puerta de entrada de una nueva era de cooperación, en donde el comercio responsable de armas sea parte de la solución y no parte del problema”, expuso el canciller.

Responsabilidad en mercado. Kim Won-soo, subsecretario y alto representante interino para Asuntos de Desarme de las Naciones Unidas, llamó a las partes a iniciar un nuevo capítulo para que este tratado lleve consigo responsabilidad y transparencia para el comercio internacional de armas.

Agregó que una adecuada implementación del tratado sobre las armas permitirá a las partes ejercer un mejor control de esas herramientas y sus municiones, fortalecer sus capacidades para prevenir el uso indebido de armas convencionales, lo que impulsará los esfuerzos internacionales para reducir los conflictos en el mundo y la violencia.

A su vez, el canciller de Costa Rica, Manuel González Sanz, dijo que el objetivo del tratado es salvar vidas, lo que obliga a los gobiernos a evitar que el comercio de armas convencionales “burle los embargos del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, a facilitar el terrorismo y, con ello, cometer violaciones a los derechos humanos”.

El presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, Peter Maurer, quien difundió un mensaje por video, expresó su preocupación acerca del hecho de que muchos países siguen participando en transferencias ilegales de armas, pese a haber suscrito un tratado internacional destinado a reglamentar la circulación de éstas.

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