La Asamblea Nacional de Venezuela (AN, Parlamento), de mayoría opositora, acordó ayer iniciar una investigación sobre la compra, por parte de Goldman Sachs, de bonos de la petrolera estatal del país caribeño PDVSA por 2 mil 800 millones de dólares.

Con el voto de los opositores y la ausencia de los diputados chavistas, la Cámara aprobó iniciar averiguaciones “con especial atención respecto a la actuación del presidente del Banco Central de Venezuela (BCV), Ricardo Sanguino, en aras de determinar la responsabilidad del mismo en virtud de lo establecido en la ley contra la corrupción”. También solicitará al Congreso de los Estados Unidos “que abra investigación a Goldman Sachs y, en caso de existir, a los intermediarios que hayan participado en esta operación a los fines que determine la responsabilidad penal y/o administrativa que pudieran tener los mismos según las leyes de ese país”.

El Parlamento señala que PDVSA vendió bonos de la deuda al grupo de inversión con un descuento sobre el valor parcial de 69%, lo que, considera, “representa un descuento de aproximadamente 30%” y constituye “un daño patrimonial a la nación”.

El departamento de gestión de activos de Goldman Sachs pagó 31 céntimos por dólar, es decir, unos 865 millones, por los bonos emitidos por la compañía estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) en 2014, que vencen en 2022. Si Caracas cumple con el pago, el banco de inversión de Wall Street obtendría unos beneficios cercanos al 40%.

Goldman Sachs defendió la operación indicando que invirtió “en bonos de PDVSA porque, como muchos otros en este sector, creemos que la situación en ese país tiene que mejorar con el tiempo”. Explicó que esos bonos, emitidos en 2014, se compraron en los mercados secundarios a través de un bróker en una operación en la que no interactuaron directamente con el gobierno venezolano. Según una fuente enterada del acuerdo, el trato fue con la firma Dinosaur Financial Group.

En Estados Unidos la operación también desató inquietud. “Claramente hay preocupación en las mentes de todos los que están mirando... realizar este tipo de compras de deuda, hoy, es altamente problemático”, aseguró un alto cargo del Departamento de Estado. Unas 40 personas en Nueva York protestaron por la operación de la firma. “Ese acuerdo es inmoral”, dijo el estudiante Eduardo Lugo.

El presidente de la Asamblea Nacional (AN), Julio Borges, envió una carta dirigida al jefe ejecutivo de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein, en el que le advierte que los compromisos económicos hechos con el gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro no serán válidos en un futuro gobierno democrático. “Venezuela y su futuro gobierno democrático no olvidará donde estuvo Goldman Sachs cuando le tocó decidir”, afirmó Borges en la misiva enviada este lunes.

El Ejecutivo, según la AN, utilizará el dinero “para financiar la represión desmedida que éste dirige a través de cuerpos de seguridad del Estado y cuerpos de la Fuerza Armada Nacional en contra de los manifestantes”.

“Esos bonos son bonos de sangre, y no solamente no serán reconocidos, sino que serán investigados y considerados cómplices de la dictadura y de la corrupción cualquier ciudadano nacional o internacional que se atreva a financiar a la dictadura”, sostuvo el segundo vicepresidente del Parlamento, el opositor Freddy Guevara.

La inversión se produjo en medio de una ola de protestas contra del gobierno de Nicolás Maduro que ayer cumplieron 60 días y que se han saldado con al menos 59 muertos y un millar de heridos, según cifras de la fiscalía. Ayer mismo, la policía disolvió con bombas lacrimógenas y perdigones una marcha en Caracas.

Cancilleres se reúnen hoy en la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA), en Washington, para debatir la crisis venezolana. Según EU, se busca crear un “grupo de contacto” para apoyar una nueva mediación en el país sudamericano. La oposición venezolana convocó “a millones” a salir hoy a marchar.

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