Guatemala, que el 8 de marzo pasado registró un motín incendiario en un centro penal infantil que dejó 40 niñas muertas, sufre hoy un nuevo alzamiento en una cárcel para menores de edad con una sublevación de adolescentes. La crisis tiene la peculiaridad de que en ese penal hay al menos 63 miembros de la tenebrosa Mara Salvatrucha (MS—13), una de las dos pandillas juveniles más peligrosas de Centroamérica, aunque se ignora si están participando en el amotinamiento.

El conflicto estalló cerca de las 07:00 horas de Guatemala (08:00 en la Ciudad de México) un anexo del Centro Correccional Las Gaviotas, en la capital guatemalteca, según los primeros y escuetos informes del caso.

El periódico Prensa Libre, el principal de Guatemala, publicó esta mañana que los adolescentes exigen estufas, para poder cocinar sus propios alimentos, y que se les autorice a recibir visitas conyugales. Sin embargo, la demanda de las visitas está prohibida por tratarse de menores de edad.

Las autoridades guatemaltecas reportaron que hay cuatro miembros del personal del correccional tienen “graves heridas” en rostros y cráneos y otro está retenido por los sublevados, precisó el rotativo, sin citar fuentes.

El conflicto se inició cuando los empleados del centro penal estaban sirviendo el desayuno y los adolescentes se rebelaron. La Secretaría de Bienestar Social, que es la dependencia gubernamental responsable de ese tipo de centros de readaptación social, informó que los amotinados están a la espera de la llegada de funcionarios de la estatal Procuraduría de Derechos Humanos para iniciar las negociaciones.

La zona está acordonada por policías, bomberos y otros cuerpos de seguridad y socorro. Trascendió que los presos entregaron sus peticiones por escrito.

Según el periódico, en Las Gaviotas, que alberga a unos 500 menores en conflicto con la ley penal, hay 63 miembros de la MS—13. Los demás son conocidos como “paisas”, delincuentes comunes que no pertenecen ni a la MS—13 ni a su pandilla enemiga, la Mara 18 (M—18).

La MS—13), una de las dos más peligrosas pandillas juveniles de Centroamérica y acusada hoy por el gobierno de Estados Unidos de infiltrarse a suelo estadounidense desde México para crear “zonas de guerra”, sufrió uno de los más fuertes golpes policiales de los últimos años en su contra, con la captura en Guatemala de dos de sus máximos líderes salvadoreños que fueron deportados a El Salvador, anunciaron este martes fuentes policiales guatemaltecas.

La MS—13 tiene presencia en el Triángulo Norte de Centroamérica, formado por Guatemala, El Salvador y Honduras, y se disputa el control de calles y barrios en zonas rurales y urbanas de esos tres países con la M—18, también conocida como Barrio 18. Ambas, que son responsabilizadas de provocar los agudizados escenarios de violencia que azotan a esas tres naciones, se originaron en el decenio de 1980 en California entre centenares de miles de salvadoreños, hondureños y guatemaltecos que emigraron a EU para huir de la violencia política y las guerras que, con diversa intensidad desde la década de 1960, sacudieron a Centroamérica hasta 1996.

La Mara Salvatrucha sufrió esta semana uno de los más fuertes golpes policiales de los últimos años en su contra, con la captura en Guatemala de dos de sus máximos líderes salvadoreños que fueron deportados a El Salvador.

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