El ministro de Exteriores turco, Mevlüt Davusoglu, aseguró ayer que Alemania es el país que más apoya a los “terroristas” de Turquía.
Los seguidores del clérigo Fethullah Gülen son recibidos allí “con los brazos abiertos” y los del proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) actúan a sus anchas, aseguró el ministro.
Turquía acusa a Gülen, autoexiliado en Estados Unidos, de ser el autor intelectual del fallido golpe de Estado del pasado 15 de julio en el país y considera al PKK una organización terrorista, al igual que la Unión Europea y Estados Unidos.

“En todas las ciudades de Alemania los seguidores del PKK recaudan dinero para el PKK y el terrorismo. Eso lo sabe Alemania, el gobierno alemán, demasiado bien”, añadió el ministro. “No es coincidencia que todos los terroristas prefieran Alemania”.
Davusoglu acusó además a Alemania de hostilidad hacia Turquía. “¿Qué problema tienen con Turquía?”, preguntó dirigiéndose a los alemanes. “¿Por qué tienen tanta envidia a Turquía?”.
La tensión entre Alemania y Turquía crece por momentos. Un representante de alto rango del Ministerio de Exteriores alemán señaló ayer en una entrevista a la prensa que Berlín está abierto a garantizar asilo político a los ciudadanos turcos perseguidos por la administración del presidente Recep Tayyip Erdogan.
Por su parte, la canciller alemana Angela Merkel urgió a que las libertades fundamentales sean respetadas en Turquía, tras las recientes detenciones de periodistas y diputados de partidos turcos de la oposición.
“Trabajamos a nivel político para que en Turquía se dé una situación que no haga necesario que las personas tengan que buscar asilo [en otro país]”, dijo en Berlín.
En un comunicado, la Unión Europea (UE) externó su preocupación por la situación turca. “Retomar un proceso político creíble y un verdadero diálogo político es esencial para la democracia del país y la estabilidad de la región”, señaló.