La construcción de un muro entre México y Estados Unidos no resolverá los desafíos de seguridad existentes en la frontera ni frenará el tránsito ilícito de drogas, armas, dinero y personas, afirma Fred Burton, experto de la consultora estadounidense en seguridad e inteligencia Stratford.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el ex agente del Departamento de Estado de Estados Unidos, en donde estuvo involucrado en investigaciones antiterroristas, asegura que la extensión de la frontera y las condiciones geográficas de la zona no constituyen un impedimento para su realización.

“Representa un gran reto por sus características y ubicación geográfica, pero se cuenta con la ingeniería y los conocimientos suficientes para superarlo”, reconoce.

No obstante, sostiene que no hay un muro que hasta ahora no haya sido derrotado por el ingenio del hombre. Por ejemplo, la respuesta a la barrera israelí construida en los territorios palestinos fueron túneles y francotiradores, y la valla metálica levantada por el gobierno del primer ministro húngaro Viktor Orbán en la frontera con Serbia no paró los flujos migratorios, sólo provocó que los refugiados optaran por rutas más riesgosas.

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“A lo largo de la historia está demostrado que las personas siempre encontrarán la forma de eludir cualquier tipo de barrera, no importa el tamaño ni lo avanzada que sea”, dice el ex agente.

Considerado como una autoridad en materia de seguridad fronteriza, Burton sostiene que el impacto de un muro a lo largo de los casi 3 mil 200 kilómetros de frontera sería esencialmente sicológico. La respuesta indicada, continúa, es la combinación de tecnología, inteligencia, patrullaje y cooperación entre México y EU a nivel local, estatal y federal.

“A pesar de la enorme cantidad de recursos que se han destinado, continúa el cruce ilegal y el tráfico fronterizo. No hay una solución simple, es la combinación de todos los instrumentos a nuestro alcance”, sostiene.

En la carrera por la presidencia de Estados Unidos, la seguridad fronteriza ha sido uno de los temas centrales. El candidato republicano a la presidencia, Donald Trump, ha dicho que si llega a la Casa Blanca edificará un muro en la frontera y hará que México pague por su construcción.

Si bien, es la primera vez que la seguridad fronteriza constituye uno de los temas estelares de la campaña presidencial de un candidato estadounidense, la idea de una barrera entre los países no es nueva.

Hay partes del río Bravo en las que existen barreras desde hace décadas, muchas de ellas, principalmente en zonas urbanas como San Diego, Nogales, El Paso y Brownsville, fueron reforzadas durante la década de los 90 con los fierros heredados de la guerra en Vietnam.

De acuerdo con información divulgada por Stratford, las autoridades estadounidenses han venido modernizando la cerca fronteriza desde 1995, con el apoyo del laboratorio militar estadounidense Sandia National Laboratories. La frontera entre México y EU es una de las más transitadas del mundo, se estima que cada mes la cruzan unos 6 millones de automóviles, 440 mil camiones y 3.3 millones de peatones. El tránsito de mercancías equivale a 1.45 mil millones de dólares diarios.

Otro experto de Stratford que analiza la problemática de la seguridad fronteriza es Scott Stewart. El investigador considera que el fondo del problema es esencialmente económico: un kilo de cocaína cuesta en la selva colombiana 2 mil 200 dólares, mientras que en las calles de Nueva York en 60 mil dólares. Lo mismo ocurre con el resto de las mercancías ilícitas, producir un kilo de metanfetamina en México cuesta entre 300 y 500 dólares, y se vende en 20 mil dólares en el vecino del norte.

De acuerdo con Elisabeth Vallet, Directora del Observatorio Geopolítico Chaire Raoul-Dandurand de la Universidad de Quebec, en Montreal, actualmente existen más de 50 muros fronterizos; y entre los últimos país en anunciar la edificación de nuevas vallas se encuentran Bulgaria, Grecia, Turquía, Marruecos y Túnez.

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