Buenos Aires.— Argentina modificó el martes su ley de drogas y, aunque se trata de un tema de debate constante, los cambios, que fueron leves, pasaron desapercibidos frente a la repercusión de las elecciones de Estados Unidos. Se trata de la Ley de Estupefacientes, número 23.737, que data de 1989.

El nuevo texto actualiza los valores monetarios de las multas que se aplican y que acompañan las prisiones de entre un mes y 15 años. Además, se introduce la figura de “precursores químicos para producir o fabricar estupefacientes”.

Se agrega también un punto que establece penas de entre seis meses y tres años para quien convide narcóticos a otra persona, para uso personal, aunque sea de modo “ocasional y a título gratuito y en escasa cantidad”. Y se castiga con prisión de uno a seis años a quien falsee datos suministrados al Registro Nacional de Precursores Químicos u omita su presentación.

“Esta modificación de la ley se da en un contexto en el que la lucha contra el narcotráfico, que fue uno de los tres principales ejes de campaña con los que ganó la presidencia Mauricio Macri, pasa a tener un lugar importante en la agenda pública”, dijo a EL UNIVERSAL el analista Marcelo Robles, especializado en el tema.

“Simbólicamente, al modificar la ley pero casi no tocar las penas de prisión, lo que hicieron fue ratificar las ya existentes; es decir que todo sigue igual de mal”, dijo a este diario Sebastián Basalo, editor de la revista especializada THC.

El autocultivo de marihuana y la tenencia de semillas está totalmente prohibido. Pero el 13 de octubre pasado, una reunión de diputados, médicos, juristas y representantes de organizaciones especializadas en narcotráfico trató por primera vez un abanico de proyectos sobre la despenalización del cannabis para uso medicinal. De aquel encuentro surgió un proyecto de ley que podría ser votado el próximo 23 de noviembre y que contempla la importación de aceite de cannabis.

Mamá Cultiva, un grupo de madres que siembran su propio cannabis para hacer aceite y combatir las enfermedades de sus hijos y otros colectivos que estudian los efectos positivos del cannabis en la medicina piden por el autocultivo. Sin embargo Mamá Cultiva no ha obtenido el permiso. “Ante la ley, estamos igual que un narcotraficante”, dijo Mariana Quiroga, una de las voceras de la organización.

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