Londres.— “Dejé un país más fuerte”. Así se despidió ayer del cargo David Cameron, quien presentó su renuncia a la reina Isabel II, quien la aceptó “con gracia”, de acuerdo con el escueto comunicado del Palacio de Buckingham.

Su salida marca el fin de un gobierno que será recordado como el marcó la pauta para el rompimiento con la Unión Europea. El diario británico The Guardian lo puso en estos términos: “La historia lo recordará [a Cameron] por el enorme fracaso con el Brexit, el mayor revés en política exterior desde Suez”.

Antes de abandonar definitivamente Downing Street, la residencia de los primeros ministros donde vivió los últimos seis años, Cameron ofreció una breve declaración, arropado por su esposa Samantha y sus hijos Nancy, de 12 años; Elwen, de 10, y Florence, de 5.

“Ha sido el máximo honor de mi vida haber servido a nuestro país como primer ministro estos últimos seis años, y servir como líder de mi partido por casi 11 años”, dijo.

“No ha sido tarea fácil y por supuesto no todas las decisiones que tomamos fueron las acertadas, pero sí creo que hoy nuestro país es mucho más fuerte”, expresó Cameron. Sobre May, consideró que ofrecerá “un liderazgo fuerte, estable” y le deseó éxito en las negociaciones para la salida británica de la Unión Europea, el tema que provocó su dimisión.

Horas antes, Cameron compareció ante el Parlamento británico por última vez como primer ministro con dignidad y buen humor, en una sesión que culminó en un fuerte aplauso y una ovación de pie de parte de los colegas conservadores de Cameron, de 49 años. Incluso recordó un comentario que hizo hace más de una década al entonces premier Tony Blair: “Él fue el futuro en su momento. Y lo aplicó a él mismo. “Yo fui el futuro en su momento”.

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