El jefe de seguridad del presidente de la Asamblea Nacional venezolana, de mayoría opositora, fue detenido el jueves al ser acusado por el Gobierno de planificar un ataque a golpes contra una funcionaria que custodiaba esta semana una protesta organizada por la oposición.
Videos difundidos por el canal de televisión estatal mostraron cómo media docena de jóvenes atacaron con palos y puñetazos a una agente de policía el miércoles, quien cayó al piso de una avenida de la capital durante una manifestación de la oposición.
Henry Ramos, presidente del parlamento, era uno de los líderes que encabezaba la marcha de opositores que ese día fue disuelta por las fuerzas de seguridad con gases lacrimógenos y que no logró avanzar hacia la sede del ente electoral en Caracas.
Los manifestantes demandaban la activación de un referéndum revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro.
"Ya está preso el autor intelectual que pagó a estos terroristas que golpearon a esta muchacha policía", dijo Maduro la noche del jueves, en referencia a Coromoto Rodríguez, el jefe de seguridad del máximo portavoz del parlamento. "Va a ser juzgado y mandado a una cárcel de máxima seguridad".
Asistentes de Ramos confirmaron el viernes la detención de Rodríguez en un café cerca de su casa, pero descartaron que el ex policía tenga vinculación con la golpiza difundida por televisión y calificaron la detención como un intento de intimidar a la dirigencia opositora de la Asamblea Nacional.
Rodríguez fue trasladado a la sede de los servicios de inteligencia de Venezuela, según informaron los ayudantes de Ramos.
"Típica actitud del cobarde. Como no se atreve conmigo persigue a gente humilde que trabaja conmigo", escribió Ramos en su cuenta de Twitter @hramosallup.
La oposición controla el parlamento tras derrotar al gobernante chavismo en unas elecciones en diciembre y, desde entonces, busca un referéndum revocatorio contra Maduro, aprovechando su pérdida de popularidad por el manejo que ha hecho de una severa crisis económica que vive la nación OPEP.
Pero Maduro, quien asumió en el 2013 tras la muerte de su predecesor Hugo Chávez, dice que la oposición, apoyada por Estados Unidos, busca dar un golpe para derrocarlo.
Ambas partes se acusan mutuamente de promover violencia en las calles.