Las autoridades fronterizas de Macedonia han dejado pasar a apenas 500 refugiados en las últimas 24 horas, lo que aumenta la situación dramática en el campamento griego de Idomeni, que acoge ya a más de 10 mil personas.

Algunos de los migrantes han asegurado a los medios que la policía macedonia no acepta los certificados electrónicos que expiden las autoridades griegas.

En el lado macedonio alegan, según la versión de los migrantes, que no pueden comprobar su validez.

De nuevo se han visto escenas de desesperación en la frontera, cuando algunos de los refugiados eran rechazados. Un hombre se ha desmayado al ser devuelto a Grecia.

Un grupo de migrantes ha cortado en protesta por el cierre de la frontera la vía férrea que comunica Macedonia con Grecia, bloqueando el tránsito de todos los trenes.

Las autoridades calculan que a las 10 mil personas que están atrapadas en el campo de Idomeni hay que sumar las más de 5 mil que se agolpan en otros campamentos especiales cercanos como los de Nea Kavála y Kilkís.

"La gente parece estar en calma, pero están desesperados. No hay alojamiento apropiado para todos, la situación se está tornando en una crisis humanitaria" , declaró ayer el portavoz de ACNUR en Idomeni, Babar Baloch.

Por su parte, Médicos sin Fronteras ha manifestado su preocupación por la situación higiénica por la falta de instalaciones sanitarias, lo que obliga a muchas personas a hacer sus deposiciones al aire libre y podría contaminar las aguas.

Más de 30 mil refugiados están atrapados en Grecia desde que se decretara el cierre de las fronteras por parte de Austria y los países del denominado grupo de Visegrado.

Centenares de refugiados siguen llegando desde las islas al continente, sobre todo al puerto del Pireo.

Desde Quíos y Lesbos desembarcaron hoy 580 personas a bordo del "Blue Star 1" y se espera que el transbordador "Diagoras" atraque en el puerto ateniense en las próximas horas con 515 refugiados procedentes de Leros y Kálimnos.

Solo ayer un millar de migrantes y refugiados llegaron a la isla de Lesbos desde las costas de Turquía.

Ante la escasa perspectiva de que las fronteras de la denominada ruta balcánica se abran próximamente Grecia se prepara para dejar de ser un país de mero tránsito para convertirse en uno de acogida permanente para los refugiados en los próximos dos o tres años.

El ministro de Migración, Yannis Muzalas, dijo ayer que son unos 100 mil los refugiados y migrantes que pueden quedar atrapados en territorio griego, ya que no cabe esperar que la frontera con Macedonia vaya a abrirse pronto.

lam

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