Para Rakeem Jones, el hecho de que policías uniformados lo rodearan para sacarlo de un evento de campaña de Donald Trump fue algo más que una sorpresa. El hombre de raza negra sintió que viajó atrás en el tiempo.

"No son los Estados Unidos que muestran en televisión", dijo el joven de 26 años, un día después de que fuera derribado al piso y golpeado en el rostro durante un evento de campaña en Fayetteville, North Carolina.

Pero para su amigo Ronnie Rouse, quien captó el incidente en video, fue algo "completamente estadounidense".

"Este es el Estados Unidos que todo el mundo quiere ignorar", dijo el productor musical el jueves a The Associated Press. "Este es el Estados Unidos del que te dicen 'Oh, el racismo no existe'. Aquí está".

¿Qué conclusiones se deben sacar de escenas como éstas el miércoles en el Crown Coliseum?

Se han vuelto algo cotidiano en los mítines del precandidato republicano, y aunque los expertos de seguridad señalan que el empresario tiene todo el derecho de expulsar a los disidentes de los eventos por los cuales paga, aseguran que juega con fuego al no aplacar las agresiones y los comportamientos incivilizados.

"Me atrevería a decir que aborrezco ese comportamiento", dijo el asesor de seguridad Stan Kephart, exjefe de policía en Arizona y California, sobre la incapacidad de Trump de enfrentar a sus combativos seguidores. "Para mí, está llegando al límite. Está haciendo cosas que haría un personaje del espectáculo".

¿Cuál es la actitud de Trump al respecto?

Alguna vez dijo que le gustaría golpear personalmente a un manifestante en el rostro, y prometió pagar los gastos legales de sus seguidores en caso de que se metan en problemas.

Habla con afecto sobre "la buena época" en la que los policías podían maltratar a los manifestantes sin temor a sufrir represalias. "Pero hoy en día", dijo el miércoles en Fayetteville, "entran, levantan las manos, levantan el dedo equivocado... y se salen con la suya en casos de homicidio. Porque nos hemos hecho más débiles".

Trump también contó el miércoles a la multitud sobre otro manifestante, "un tipo realmente malo", que golpeó a personas. "Y teníamos gente, algunos tipos rudos como los que hay aquí. Y comenzaron a responder a golpes. Fue algo hermoso".

En Fayetteville, los insultos entre los seguidores y detractores de Trump rápidamente derivaron en algo más.

Rouse dijo que su grupo reaccionaba a un insulto proferido contra uno de ellos cuando de repente se vieron rodeados de policías, y Jones fue derribado. Mientras lo escoltaban a la salida, escuchó a Trump gritar: "Ve a casa con tu mamá". La madre de Jones murió hace ocho años.

Jones dijo que al hombre que lo golpeó se le permitió quedarse, pero el jueves, la Jefatura de Policía del condado Cumberland acusó a John Franklin McGraw, de Linden, North Carolina, de agresión y conducta desordenada.

El papel de las autoridades en estas situaciones no es sencillo

"Respetamos los derechos de libertad de expresión de la Primera Enmienda. No estamos aquí para vigilar a los manifestantes", dijo Robert K. Hoback, portavoz del Servicio Secreto, quien comentó sobre los reportes de que agentes de la dependencia escoltaron a la salida a algunos manifestantes durante un acto de campaña deTrump en Georgia. Aseguró que solo actúan en caso de amenazas al "protegido".

Paul Wertheimer, experto en control de grupos que ha seguido de cerca los eventos de Trump, asegura que no ha visto un caso en el que los elementos de agencias de la ley o seguridad privada se pasen de la raya. Pero cree que el candidato debería mostrar más tolerancia ante las protestas.

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