Legisladores brasileños casi se agreden a golpes el jueves, en una acalorada audiencia que por sexta vez consecutiva no logró decidir si investiga al presidente de la Cámara baja del Congreso, Eduardo Cunha, por mentir sobre sus cuentas bancarias en Suiza.

Los ánimos se crisparon cuando los opositores de Cunha en el comité llamaron a una votación plenaria en la Cámara baja para remover a Cunha como presidente, en medio de una creciente frustración por lo que sus críticos dicen es su uso de maniobras burocráticas para obstruir sus audiencias.

Cunha y sus aliados lograron el miércoles expulsar al relator del comité, que había recomendado lanzar una investigación del presidente de la Cámara baja. Su reemplazo ahora no puede reportarse ante el comité hasta el martes, a una semana del receso de Navidad.

Varios legisladores han acudido al máximo fiscal de Brasil y al Supremo Tribunal Federal en búsqueda de una orden pa-
ra remover a Cunha, un declarado enemigo de la presidenta Dilma Rousseff.

“Mientras Cunha sea presidente, usará cada herramienta, cada engaño, cada maniobra posible en el libro de reglas para detener el avance de una demanda en su contra en el comité de ética”, dijo Alessandro Molon, del partido izquierdista Rede.

Cunha inició la semana pasada procedimientos de impugnación contra Rousseff por supuestamente incumplir la ley presupuestaria de Brasil, en un aparente intento por distraer la atención de las crecientes acusaciones de corrupción en su contra. Una investigación de ética podría llevar a la remoción de Cunha como presidente y a la pérdida de su escaño, lo que debilitaría su intento por realizar un juicio político a Rousseff.

Fiscales brasileños han acusado a Cunha de corrupción en conexión con una investigación de un masivo esquema de sobornos que involucra contratos con la compañía petrolera controlada por el Estado, Petrobras. Cunha ha negado las acusaciones de haber aceptado una coima de 5 millones de dólares.

El incidente de ayer se suma al ocurrido el martes, cuando en la votación para formar la comisión que debe examinar la viabilidad jurídica del eventual impeachment (juicio político) contra Rousseff varios diputados afines al Ejecutivo rompieron urnas de votación y se encararon con los de la oposición. Brasil vive un clima de extrema polarización y de constante embate de contrapesos políticos tan sólo 11 meses después de que Rousseff iniciara su segundo mandato.

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