En una decisión que fortalece la posición de Estados Unidos de cara a la próxima cumbre sobre cambio climático en París y lo reconcilia con las organizaciones defensoras del medio ambiente, el presidente Barack Obama anunció ayer su decisión de rechazar la construcción del polémico oleoducto Keystone XL para bombear petróleo desde Canadá hasta el golfo de México.

Escoltado por el vicepresidente, Joe Biden y por el secretario de Estado, John Kerry, Obama dio carpetazo a un proceso de análisis de casi siete años que lo enfrentó a los poderosos intereses de la industria petrolera y a las fuerzas defensoras del medio ambiente.

“El Departamento de Estado ha determinado que no sirve a los intereses de Estados Unidos”, argumentó el presidente, quien se ve favorecido por un mercado petrolero a la baja y una opinión pública que cada vez ve con mayor urgencia la necesidad de combatir los efectos del cambio climático que llegan en forma de sequías en California, tornados en el medio oeste y tormentas en las costas de EU.

“Tenemos que tomar acciones serias para luchar contra el cambio climático”, aseguró Obama al revelar así que los argumentos de los grupos defensores del medio ambiente contra un proyecto de la empresa canadiense TransCanada que pretendía transportar más de 830 mil barriles de petróleo al día desde Canadá hasta las refinerías de EU en las costas del golfo de México, inclinaron el fiel de la balanza.

“EU está liderando la lucha contra el cambio climático con nuevas normas para plantas de energía que protejan el aire que nuestros hijos respiran... aprobar este proyecto habría debilitado ese liderazgo global”, aseguró Obama al recordar que su administración colabora con “otros grandes emisores como China para alentar e impulsar nuevos compromisos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero”.

También consideró otras razones. “Hoy, en 41 estados los conductores pueden encontrar al menos una gasolinera con precios de menos de dos dólares por galón”, dijo Obama, quien añadió que sin necesidad de avalar el proyecto, su administración ha conseguido mantener un ritmo constante en la creación de puestos de trabajo. “Esto demuestra que hemos ido adelante creando empleos y bajando el precio de la gasolina”, enfatizó.

El anuncio fue celebrado por defensores del medio ambiente y organizaciones ecologistas que cerraron filas contra el proyecto de Keystone XL. “Esta ha sido una enorme victoria para todos los que defendemos el medio ambiente”, aseguró la presidenta del Consejo en Defensa de los Recursos Naturales, Rhea Suh.

“La construcción de ese oleoducto habría permitido, durante una generación o más, el desarrollo de uno de los combustibles más sucios en el planeta, poniendo en peligro nuestro aire, la tierra, el agua y el clima”, añadió.

Para Elijah Zarlin, de la coalición CREDO, que agrupa a organizaciones no gubernamentales en defensa del medio ambiente, la decisión de Obama es una victoria “del activismo de defensores del medio ambiente que no se veía en una generación”. “Obama escuchó las llamadas de los ciudadanos que lo eligieron en 2008 y lo reeligieron en 2012 para combatir el cambio climático”, añadió.

Desde las filas republicanas, alineadas con el proyecto Keystone, algunos de sus líderes externaron su decepción. “Con esta decisión el presidente le dijo no a la energía, no a los trabajadores estadounidenses y no a la necesidad de garantizar los intereses estadounidenses y su seguridad nacional”, consideró Ed Royce, presidente del comité de relaciones exteriores de la Cámara Baja.

El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, se declaró “decepcionado” por el rechazo de Obama a la construcción de Keystone XL, pero añadió que respeta “el derecho” de EU de tomar esa decisión. La empresa TransCanada señaló que revisa sus opciones y declaró el anuncio de Obama como “golpe dañino” a los empleos en Canadá y EU. Con información de agencias

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