Al menos 90 talibanes murieron en la operación nocturna de las tropas afganas, con apoyo aéreo estadounidense, en la ciudad de Kunduz (norte), en la que también fue bombardeado un hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF).

"Entre los insurgentes fallecidos había ocho chechenos y cuatro árabes", aseguró hoy el Ministerio de Defensa afgano en un comunicado, en el que concretó que los enfrentamientos todavía continúan en el extrarradio de Kunduz.

"La operación continuará hasta que toda la provincia de Kunduz quede limpia de talibanes", señaló el Ministerio, que sin embargo no mencionó el bombardeo al centro sanitario de MSF, en el que murieron al menos nueve miembros de su personal, según la ONG.

El portavoz del Ministerio de Interior afgano, Seddiq Seddiqi, puntualizó en rueda de prensa que en ese bombardeo murieron "entre 10 y 15 terroristas que se ocultaban en el hospital" y al menos "tres médicos afganos".


Un portavoz de la Policía de Kunduz, Sayed Sarwar Hussaini, que tampoco se pronunció sobre el hospital de MSF, explicó a Efe que la operación militar para despejar la ciudad de insurgentes se complica cuando éstos se ocultan en áreas residenciales.


"Esta mañana, tras un breve tiroteo, detuvimos en una casa de la ciudad a seis talibanes. (...) Todos eran menores de edad. Los talibanes continúan reclutando adolescentes", denunció Hussaini.


El lunes pasado, los talibanes tomaron Kunduz en un ataque que sacó a las autoridades de la ciudad, estratégica para las comunicaciones del norte del país, en la victoria más importante de los insurgentes desde que fueron sacados del poder en 2001.


Las tropas afganas declararon haber retomado la ciudad el pasado jueves en un contraataque que contó con apoyo aéreo de Estados Unidos, pero desde entonces continúa la batalla en la ciudad, donde aún los dos bandos se disputan los distintos sectores.

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