Miles de nacionalistas turcos salieron hoy a las calles en numerosas ciudades turcas para protestar contra los ataques de la guerrilla kurda, que desde el domingo han causado más de 30 muertos, y para atacar a símbolos kurdos y de la oposición de izquierdas.

En Ankara, los manifestantes asaltaron la sede central del partido de la izquierda prokurda HDP, rompieron varias ventanas del edificio y lo incendiaron, aunque los bomberos pudieron apagar el fuego a tiempo y un blindado de la policía se trasladó al lugar, informa el diario "Hürriyet" .

Unos cinco mil nacionalistas intentaron además entrar en una calle del centro de Ankara donde se hallan varias librerías y cafés frecuentados por militantes de izquierdas, pero la policía abortó el intento lanzando salvas de gas lacrimógeno.

El propio diario Hürriyet sufrió un ataque, el segundo en dos días, contra su redacción en Estambul, donde los manifestantes rompieron varias ventanas, cantando eslóganes religiosos y disparando armas de fuego, y sin que la policía practicara detenciones, según informa la versión digital del periódico.

En numerosas ciudades del oeste de Turquía la muchedumbre en la calle asaltó sedes del HDP y en algunos casos, también del socialdemócrata CHP, el mayor de la oposición.

En Kirsehir, en el centro de Anatolia, los nacionalistas incendiaron una librería de orientación izquierdista y apalearon al dueño y a su tío, miembro del HDP, que tuvieron que ser ambos hospitalizados con fracturas.

Varios periodistas y analistas advirtieron contra los peligros de estas protestas durante tertulias televisivas e hicieron un llamamiento al presidente, Recep Tayyip Erdogan, y a otros políticos, a dar la cara y calmar la situación.

El primer ministro, Ahmet Davutoglu, prometió en un mensaje a través de su cuenta oficial de Twitter que la policía y la Justicia lucharían contra el terrorismo, en referencia al proscrito Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK) .

Además, pidió a la ciudadanía mantenerse apartada de la violencia y subrayó que tanto las sedes de partidos como las redacciones de los medios de comunicación deben protegerse.

El ataque más reciente del PKK, perpetrado en la tarde de hoy con una mina detonada a distancia en la provincia suroriental de Mardin, dejó un policía muerto y tres heridos.

El mismo método también fue empleado en el ataque de esta mañana, que causó 14 víctimas en la provincia oriental de Igdir, y en la emboscada del domingo, que mató a 16 militares en Hakkari.

ahd

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