Los pasajeros que beban demasiado en los aeropuertos británicos podrían quedarse en tierra, una medida que estudia el Gobierno de David Cameron para combatir el creciente número de incidentes relacionados con el consumo de alcohol en pleno vuelo.

Esta iniciativa, adelantada por el diario británico "The Times", forma parte un paquete de actuaciones que incluye también limitar el número de consumiciones alcohólicas permitidas durante el vuelo.

La estrategia contempla la posibilidad de crear una lista negra que recogería los nombres de los infractores, a los que se les impediría volar en otras compañías.

La autoridad civil aérea del Reino Unido cifra en 156 el número de incidentes relacionados con el consumo de alcohol en vuelos con aerolíneas aéreas británicas en lo que va de año, la mayor cifra contabilizada desde finales de los años noventa

jlcg

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