Bruselas.— Grecia recibirá de sus socios de la eurozona un tercer rescate por hasta 86 mil millones de euros hasta 2018, lo que da un nuevo respiro al país para hacer frente a sus obligaciones financieras y tiempo para sanear su economía, a cambio de duros ajustes y reformas en los próximos años.

Los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona dieron ayer su visto bueno al tercer programa de asistencia financiera a Grecia, tras seis horas de deliberaciones en el Eurogrupo en las que se solucionaron las últimas cuestiones que quedaban abiertas con respecto a la recapitalización de la banca, el nuevo fondo de privatizaciones, los créditos morosos y la reforma de las pensiones.

“Los últimos seis meses han sido difíciles. Han puesto a prueba la paciencia de los políticos y todavía más la de los ciudadanos. Juntos, hemos mirado el abismo. Pero hoy estoy feliz de decir que todas las partes han respetado sus compromisos”, destacó el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, en un comunicado en el que subrayó que con el acuerdo “Grecia es y seguirá siendo irreversiblemente un miembro de la zona del euro”.

El ministro griego de Finanzas, Euclides Tsakalotos, afirmó por su parte que el acuerdo “ofrece muchas oportunidades”, como la posibilidad de que Grecia reforme su sector público, afronte los problemas de corrupción o de evasión fiscal o lleve a cabo “varias reformas estructurales muy importantes”, pero reconoció que “supone muchos problemas para muchos grupos sociales”.

Para evitar otro impago, el consejo de gobernadores del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) se reunirá el día 19 por la tarde, una vez se haya aprobado el tercer rescate en varios parlamentos nacionales de la eurozona, para aprobar el acuerdo de financiación del programa, de manera que se desbloquee ya un primer tramo de 26 mil millones de euros.

De este tramo Atenas recibirá el próximo jueves una primera inyección de 13 mil millones de euros, con el que podrá hacer frente al pago de 3 mil 400 millones de euros al Banco Central Europeo (BCE) ese mismo día.

La aprobación se dio luego de que el Parlamento griego avalara, en una maratónica sesión, el proyecto, no sin evidenciarse una grave fractura en el partido gobernante Syriza, ya que 43 legisladores —casi un tercio de los diputados del partido— votaron en contra del proyecto o se abstuvieron.

El número inesperadamente alto de disidentes, incluido el ex ministro de Finanzas Yanis Varoufakis, podría obligar a Tsipras a solicitar un voto de confianza la semana próxima e incluso a elecciones anticipadas. “No me arrepiento de mi decisión de hacer un compromiso”, dijo Tsipras al Parlamento en defensa del rescate acordado con los prestamistas de la zona euro. “Elegimos la responsabilidad de seguir con vida en lugar del suicidio”, agregó.

La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, consideró que el programa de ayudas que aprobó la eurozona “es un paso adelante muy importante”, pero insistió en que la carga de la deuda es “insostenible” para Grecia.

“El país no podrá restaurar la sostenibilidad de la deuda sólo a través de acciones propias”, remarcó Lagarde en un comunicado. Es “igualmente importante”, dijo, que los socios europeos hagan “compromisos concretos” para ofrecer “un significativo alivio de deuda, bastante más allá de los considerados hasta ahora”. El FMI ha dicho que no valorará entrar el nuevo programa de rescate hasta que se defina con detalle. Agencias

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