Madrid.— Indecisos. Así están entre 30 y 45% de los españoles de cara a las elecciones municipales y autonómicas que se celebran hoy en España. Serán ellos los que decidirán el futuro en los gobiernos de algunas de las 13 comunidades autónomas en las que se elige presidente y en algunos de los municipios.

Los comicios serán la antesala de los generales en noviembre, y a ellos acuden Podemos y Ciudadanos, que son quienes, según las encuestas, están cerca de acabar con el bipartidismo del Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

Serán ellos dos con quienes el PP y PSOE deberán pactar para formar gobierno, porque todo parece indicar que no habrá mayorías.

En esta ocasión habrá elecciones en 13 de las 17 comunidades autónomas que existen: en Asturias, Cantabria, Navarra, Castilla y León, Castilla La Mancha, Murcia, Canarias, Baleares, Aragón, Extremadura, Ceuta y Melilla, y en Madrid. En las últimas celebradas en 2011 el PP arrasó logrando el gobierno en la mayoría de ellas e incluso en algunas obtuvo mayoría absoluta. También arrebató al PSOE dos de sus feudos: Extremadura y Castilla La Mancha.

Sin embargo, la crisis económica, los recortes puestos en marcha por el presidente Mariano Rajoy, y los numerosos escándalos de corrupción protagonizados por sus miembros les han hecho perder votos. Ahora las encuestas indican que el mensaje de optimismo económico del PP, de que España ha empezado la senda de la recuperación, no ha calado.

Según los sondeos, el PP mantendrá dos mayorías absolutas en Castilla León y Ceuta, y perdería Madrid; para poder seguir gobernando deberá pactar con Ciudadanos.

Con respecto a los ayuntamientos, en el de Madrid, donde el PP lleva gobernando más de 20 años, parece que hay un empate técnico entre la candidata del PP, Esperanza Aguirre (ex presidenta de la comunidad y ex ministra de Cultura con José María Aznar y con Rajoy, entre otros cargos) y la juez Manuela Carmena, candidata de la plataforma Ahora Madrid que engloba a varios partidos, entre otros Podemos. Allí un acuerdo entre Ahora Madrid y el PSOE podría arrebatar la alcaldía al PP. O un acuerdo entre Ciudadanos y PP hacer que la mantenga.

También en Barcelona podría haber un vuelco electoral y allí la plataforma Comú (formada por, entre otros, Izquierda Unida, Podemos y Equo) que encabeza la activista Ada Colau, fundadora de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, podría ganar.

En cuanto a los partidos políticos, el PP ha hecho una campaña electoral basada en el mensaje de la recuperación económica. Sabe que ahora el batacazo va a ser inevitable con respecto a los resultados de 2011, cuando se impuso en una decena de las 17 Comunidades Autónomas.

El partido de Mariano Rajoy obtuvo 46.1% de los votos en 13 Autonomías, no lejos del 44.6% con el que su partido ganó las elecciones generales unos meses más tarde. Mientras el PSOE obtuvo 28.7% de los votos, frente a 28.8% de las generales.

El PSOE por su parte quiere recuperar el terreno perdido —en 2011 logró el peor resultado de su historia—, y ésta será la oportunidad de su nuevo secretario general, Pedro Sánchez, de lograrlo.

Deberá conservar el principado de Asturias la única comunidad autónoma en la que gobierna junto con Andalucía. Si no lo logra, su liderazgo será más cuestionado todavía.

En cuanto a Podemos, la fuerza política que fundó Pablo Iglesias, en estos últimos meses ha perdido votantes: siguen las sospechas de que se financió con fondos procedentes del gobierno venezolano; las rencillas internas han acabado con la expulsión de uno de sus fundadores: Juan Carlos Monedero; la aparición de Ciudadanos con su mismo postulado de querer cambiar las cosas, desde dentro (ya gobiernan en algunos lugares frente a lo desconocido que supone una administración de Podemos) le ha robado votos.

Por último, en Izquierda Unida (IU) su objetivo es resistir, porque la formación se encuentra en una grave crisis y sólo mantendría representación en cinco comunidades autónomas. Un descalabro parecido al que sufriría Unión Progreso y Democracia (UPyD) que tras su derrota en las elecciones andaluzas comenzó una cascada de dimisiones. Lo que está es que estas elecciones son la antesala de las generales de noviembre.

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