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El olor fétido que salía de unas de las habitaciones del segundo piso de un motel de paso, ubicado a sólo unas calles de las oficinas centrales de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) capitalina, en la colonia Doctores, despertó la curiosidad de los empleados, quienes al derribar la puerta encontraron a una mujer de entre 25 y 30 años de edad asesinada.

La víctima, cuya identidad se desconoce, fue encontrada en ropa interior y con visibles huellas de violencia física y sexual; de acuerdo con los primeros reportes policiacos, llevaba cinco días sin vida. Extrañamente, durante todo este tiempo los empleados del lugar nunca se dieron cuenta de su existencia, pues el agresor pagó la habitación por varios días.

Las autoridades revisaron las cámaras de vigilancia del inmueble, sin embargo, no encontraron al responsable del homicidio, pues el equipo sólo monitorea la actividad de los empleados y no graba el momento en que los clientes llegan al lugar.

El evento fue tipificado como feminicidio, por lo que ya se realiza una investigación para comparar el rostro de la mujer con los reportes de desaparición de los últimas semanas con el fin de identificarla.

La víctima estaba envuelta dentro de una bolsa de color negro y no tenía ninguna identificación. De inmediato se inspeccionó en las zona de tolerancia del sector con las mujeres que se dedican a brindar servicios sexuales para detectar si alguien reportó alguna desaparición, búsqueda que hasta el momento no ha tenido resultados.

También ya se analiza el banco de datos de otras procuradurías para saber si hay alguna seña particular que coincida con la víctima, mientras tanto también se hacen retratos hablados del homicida que ingresó con la mujer a este lugar.

En lo que va de 2016, la procuraduría capitalina investiga ocho casos tipificados como feminicidios, dos de los cuales fueron en contra de personas de la comunidad lésbico-gay; de los presuntos responsables sólo de han detenido a dos personas.

Las causas de estos homicidios, a decir de la dependencia investigadora, son principalmente problemas de tipo personal que se registran intramuros.

En la mayoría de los casos el agresor es la pareja sentimental, un amigo o incluso un familiar, lo que delimita la busca de las autoridades a encontrar a los responsables. De los feminicidios, en sólo un caso se ha comprobado que la víctima prestaban servicios sexuales y se logró la detención del responsable.

El último caso que llamó la atención fue el de la colombiana que, según investigaciones, sufrió una alteración química que interfirió en su cuerpo, lo que provocó que se aventara de la azotea de su departamento, en casos como esos se descarta el feminicidio, ya que no hubo agresión directa contra ella.

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