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Los análisis de los restos del gorila Bantú realizados por la UNAM revelaron afectaciones en la salud reproductiva del ejemplar que falleció durante su trasladado al Zoológico de Guadalajara para aparearse con dos hembras.

De acuerdo con los resultados de la universidad, y de los cuales EL UNIVERSAL posee un copia, Bantú registró una “marcada disminución en la cantidad de células germinales”, lo que, de acuerdo a especialistas, reducía su probabilidad de concebir.

Rocío Moreno, bióloga de la UNAM, explicó que las células germinales son las precursoras de los óvulos o espermatozoides.

“Decir que había disminución de células germinales y carencia de espermátides pudiera ser por tres causas: la etapa reproductora del individuo [Bantú tenía 24 años, estaba en edad reproductora entonces esa posibilidad se descarta]; por la etapa de espermatogénesis en la que se encontraba la muestra [la cual no justifica la disminución de células germinales]; y por la baja calidad espermática del individuo. De ser así, posiblemente hubiera habido complicaciones para el éxito reproductivo de Bantú en Guadalajara”, afirmó la bióloga.

Previo al traslado del gorila, el ex titular de la Dirección General de Zoológicos y Vida Silvestre, Arturo Rivera, sostuvo que Bantú estaba en “perfecto estado de salud” y tenía “grandes posibilidades” de concebir.

Esta casa editorial buscó la posición institucional de la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema) sobre el tema, sin embargo, la oficina de Comunicación Social informó que no darían declaraciones al respecto.

Historial poco alentador. Entre 2006 y 2008 autoridades de Chapultepec intentaron, sin éxito, reproducir a Bantú con la hembra Arila.

La primatóloga Merit Nefernefer Tello, quien estudió el comportamiento de ambos ejemplares durante ese periodo, explicó que Bantú tenía 13 años y no estaba en edad reproductiva, por lo que fue una de las condicionantes para que no se lograra el apareamiento.

Además explicó que el gorila de Tierras Bajas era un ejemplar poco sociable tanto con la hembra Arila como con los humanos.

Dicho comportamiento se debió al cautiverio, explicó Merit Nefernefer.

En 2008 el ex director del Zoológico de Chapultepec, Gerardo Tapia informó que el nacimiento de Bantú representó un milagro pues “su padre, Dinga presuntamente era estéril”.

Un médico veterinario egresado, y actual académico de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, que pidió guardar el anonimato por temor a represalias, dijo que con los resultados emitidos por la UNAM es imposible afirmar que Bantú era estéril.

“Al no contar con evaluaciones a lo largo de la vida del gorila, es imposible establecer que no podía concebir. Los estudios citan: ‘marcada disminución en la cantidad de células germinales’ y no dice ‘total ausencia’ de las mismas”.

El hecho de que Bantú reportara dicha afectación sorprendió a la ex directora del Zoológico de Chapultepec, Marielena Hoyo, quien aseguró que después del fracaso con Arila, las autoridades de la institución debieron haber realizado análisis periódicos al gorila macho para saber las condiciones de salud en las que se encontraba y conocer las posibilidades reales de su acoplamiento con las gorilas de Guadalajara.

“Me llama la atención que se encontró una ‘marcada disminución de células germinales’ y vacío el conducto que almacena y madura los espermatozoides, partiendo de que, el supuesto motivo del arriesgado movimiento del gorila, era su fin reproductivo.

“Sin embargo su esterilidad o fertilidad será cuestión que quedará sin resolver, dada la carencia de un historial clínico. Consulté a dos especialistas y me aseguraron que, en 2010, se le hizo una contención química a Bantú que obedeció a esa búsqueda, así que sería cuestión de que se dé a conocer tal expediente, y ver qué cambios influyeron para el resultado actual”.

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