El sector energético mexicano iniciará un proceso de transformación que apuntala la urgente rehabilitación de la industria de la refinación del petróleo. El sector ambiental promoverá la coordinación y el acompañamiento necesarios, para colocar la sustentabilidad como un eje rector.

La rehabilitación de las refinerías que operan en el país es fundamental para el medio ambiente. En este proceso se garantizarán mejoras tecnológicas que van a generar beneficios ambientales muy importantes. Con la incorporación de protocolos ambientales estrictos, la rehabilitación de las refinerías producirá impactos ambientales positivos al minimizar los riesgos de contaminación de agua, suelo y aire.

La variable climática deberá tener un papel central en el proceso de evaluación de impacto y riesgo ambiental del proyecto. Conforme a la Sexta Comunicación Nacional y Segundo Informe Bienal de Actualización ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, en 2015 el sector energía generó 70.4% de las emisiones nacionales totales, que ascienden a 480 millones de toneladas de CO2 equivalente. Siguiendo los datos del Inventario Nacional de Emisiones de Gases y Compuestos de Efecto Invernadero, el transporte es la mayor fuente de emisiones del país, 25% del total.

En virtud de lo anterior, la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), que en su momento presentará Petróleos Mexicanos, deberá incluir la información sobre la contribución al cambio climático que tendrá la refinería, así como el impacto del cambio climático sobre la propia infraestructura del proyecto.

La refinería se ubicaría en una zona costera e inundable del Golfo de México. Considerar escenarios de impactos potenciales y de la vulnerabilidad actual y futura será esencial, ello permitirá a la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) realizar una evaluación integral de su viabilidad, conforme la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente.

Por ello, el objetivo de la Refinería de Dos Bocas es recuperar la capacidad de refinar nuestro petróleo. Esto no significa quemar más, ni aumentar nuestras emisiones. Significa sustituir una política comercial abusiva y que lesiona la economía, por un desarrollo industrial moderno, sustentable y con generación de empleos.

El proyecto será integral. Desde el diseño, la construcción y ejecución se utilizará el mejor conocimiento disponible, con una perspectiva de largo plazo que contemple el resto de las actividades productivas en la región, incluyendo alternativas para establecer acciones de protección y compensación ambiental que también darán empleo y bienestar. Se utilizarán tecnologías que permitan eficiencia energética para el procesamiento del crudo y se controlarán, conforme a protocolos ambientales, los procesos contaminantes de suelo, agua y aire protegiendo tanto la biodiversidad y los ecosistemas, como la salud de la población.

Se garantizará la calidad de los combustibles generados y compuestos derivados. A la vez se impulsará en otros sectores el uso de energías alternativas que equilibren las emisiones nacionales, reafirmando el compromiso con los esfuerzos globales en beneficio de nuestro planeta con un desarrollo sustentable.

Desde el sector ambiental se busca lograr equilibrios necesarios para detonar el crecimiento económico, a la par del bienestar social y ambiental. La Refinería, en este momento inicial, será un ejemplo del logro de la sustentabilidad en los proyectos de infraestructura que son prioritarios para el desarrollo de México.


Secretaria de Medio Ambiente

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