En el vuelo a Japón Trump se enteró de la masacre que arrojó 26 muertos en la modesta iglesia de Sutherland Springs, Texas, donde las víctimas incluyeron a una familia de ocho miembros que asistían a los servicios dominicales. Una tragedia más atribuible a la ausencia de un verdadero control de armas y a la codicia insaciable de fabricantes con utilidades de miles de millones.
La reacción de Trump sorprendió a todos. Pero es necesario ubicarla en el marco de las elecciones legislativas de 2018, y en la reelección presidencial que ya está en puerta. El presidente sostuvo que la última masacre “no fue un problema de control de armas”, sino un conflicto de “salud mental”. Todos se quedaron confundidos…
El controvertido tema de la Segunda Enmienda, le otorga a los ciudadanos el derecho de tener y portar armas para su defensa personal. Por eso el asesino de Texas, habiendo sido procesado y expulsado de la Fuerza Aérea, y tras escapar de un sanatorio mental, adquirió ilegalmente cuatro fusiles semiautomáticos y una docena de cargadores de gran capacidad.
(Nadie sospechó del asesino de Las Vegas, cuando se registró en el hotel Mandalay con varios días de anticipación para preparar el escenario de la masacre; portaba media docena de maletas que contenían armas letales de varios calibres y cargadores de gran capacidad. Todas sus armas contaban con un moderno dispositivo que cuesta menos de 100 dólares y convierte a cualquier fusil en una ametralladora).
El texto constitucional de la llamada Segunda Enmienda no ayuda. Simplemente presume la existencia de un “Estado libre y soberano”, basado en el “derecho inviolable” de los ciudadanos para “mantener y portar armas”. En ausencia de claridad en la Constitución ese “derecho inviolable” ha crecido en importancia y se ha desarrollado gracias a los fabricantes de armas.
Los fabricantes, en el seno de la formidable Asociación Nacional del Rifle (NRA por sus siglas en inglés) mantienen un ejército de abogados y legisladores en una nómina de miles de millones de dólares, para vigilar que ni los tribunales ni las legislaturas estatales limiten lo que han elevado a la categoría de “derecho constitucional inviolable”.
Un tema que la NRA vigila celosamente en época de elecciones es el currículo de los candidatos a la Cámara Baja. Apoya con preferencia a los candidatos conservadores de la ultra derecha.
Frente a los medios que siguen su gira por Asia Trump explicó la tragedia de Texas: “el problema aquí es uno de salud mental, de un individuo desquiciado, que ha enfrentado problemas muchos años. Tenemos muchos problemas de salud mental en EU, como los tienen otros pueblos”.
Afortunadamente, concluyó Trump, había otro hombre armado (uno de los feligreses) que enfrentó al tirador y, después de herirlo, lo obligó a huir. Todo esto en los piadosos servicios religiosos del domingo…
Analista político