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La célula que se encargaba de los campamentos de adiestramiento en Tala y reclutaba con engaños a nuevos sicarios, obligándolos a integrarse a las filas del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) bajo amenaza de muerte para ellos y sus familias, es calificada como la más sanguinaria del grupo delictivo por la Fiscalía General del Estado. Incluso, se le atribuye la emboscada y asesinato de cuatro soldados ocurrida en mayo de 2014 en Huachingo.

Ayer el fiscal del estado, Eduardo Almaguer, recordó que las investigaciones iniciaron en junio pasado después de que se reportara la desaparición de seis personas que atendieron supuestos anuncios de trabajo en Facebook, en donde se ofrecía integrarse a una empresa de seguridad privada; en los seis casos las víctimas aseguraron en sus casas que recibirían entrenamiento en Tala y que les pagarían 4 mil pesos por semana.

Para obligarlos a integrarse a la organización, los cautivos eran torturados y algunos, incluso, debieron presenciar el asesinato de otras personas. Después de los operativos, la fiscalía logró detener a 16 miembros del cártel, entre los que se encuentra un hondureño de nombre Samuel “N”, quien supuestamente se encargaba de descuartizar a quienes no se integraban al CJNG, para después incinerarlos.

Esto es lo que le habría ocurrido a las tres personas cuyos restos fueron localizados la semana anterior en uno de los campamentos.

También son huchicoleros. La fiscalía pudo establecer que esta célula, que presuntamente opera en la región desde hace una década, también se dedica al robo de combustible. Su estructura se compone de un cabecilla, de un contador, escoltas del cabecilla y “puntas”, que son quienes se adelantan a tomar cada plaza. Además, están los huachicoleros, que tienen su propia red de vendedores: delegados en varios municipios, que se encargan de vender droga, y una red de halcones que proporcionan información.

Los perfiles de las personas reclutadas por la fuerza corresponden a jóvenes de entre 20 y 25 años; todos son de los municipios de Tonalá, Tlaquepaque y Guadalajara. Entre los detenidos también se encuentra un ex policía de Tlaquepaque y uno de los jóvenes reportados como desaparecido, quien decidió enrolarse por su voluntad en el cártel. La fiscalía considera que hay más personas que pueden estar recluidas en este tipo de campamentos, por lo que continúan los operativos en la región. La captura de integrantes de esta célula, señaló el fiscal, podría llegar al esclarecimiento de más desapariciones en la zona.

Tala es geográficamente estratégica para este grupo delictivo debido a que se encuentra a unos 40 kilómetros de la zona metropolitana de Guadalajara y se puede acceder a ella desde el norte y el sur; además tiene conectividad carretera hacia el norte y sur de la entidad, y por brechas se puede llegar en pocas horas hasta Puerto Vallarta.

Entre los objetos que localizó la fiscalía en los campamentos está un ticket de compra en un supermercado de Puerto Vallarta, por lo que se presume que parte de los insumos para mantenerlos llegaban desde allá.

La fiscalía sospecha que estos campamentos podrían ser el centro de reclutamiento y entrenamiento del cártel en todo el estado.

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