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Resistencia. Enfermeras vencen al sistema de salud en Chiapas

Huelga de hambre inició tras el despido de 15 trabajadores, pero en el camino compañeras se unieron y lograron que el gobierno se comprometiera a solucionar desabasto de medicamentos

El segundo bloque de enfermeras en huelga se conformó por Karla Sevilla, Gabriela López, Cielo Gramajo, Verónica Zenteno, Nelly Castillo, Emma Escobar, Claudia Martínez y Rosa Pérez (Fotos: ÓSCAR LEÓN)
25/05/2017 |00:32
Redacción El Universal
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La trayectoria de María de Jesús Espinosa de los Santos inició hace 30 años, cuando llevaba atención médica a indígenas tojolabales y tzeltales que huían de la guerra en Guatemala en los años 80. Ahora, a punto de jubilarse, esta enfermera chiapaneca y sus compañeras del hospital Rafael Pascacio Gamboa, en Tuxtla Gutiérrez, enfrentaron una batalla que se antojaba difícil de ganar. Una lucha contra un sistema de salud atrapado por la burocracia y la indiferencia al que terminaron por doblegar este martes a través de dos huelgas de hambre en lo que ellas califican como un ejercicio de “resistencia y dignidad”.

El movimiento de las enfermeras chiapanecas, que trascendió fronteras y despertó pronunciamiento de organismos como la Oficina en México de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y Amnistía Internacional, inició desde enero pasado, cuando trabajadores de Chiapas levantaron un plantón para denunciar “una crisis del sector salud de la entidad”. Como respuesta, 10 mujeres y cinco hombres de diferentes áreas fueron despedidos. Por esa razón que el 3 de abril comenzó el primer ayuno.

Cielo Gramajo Cundapí, María de Jesús Espinosa de los Santos, Ivonne Castillo Escobar, María Isidro Orozco Sánchez y Verónica Zenteno Pérez fueron las primeras enfermeras en negarse a tomar alimentos hasta que las autoridades cumplieran sus demandas. El 12 de abril se retiraron luego de acordar con autoridades estatales el cumplimiento de sus demandas.

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Sólo habían pasado 18 días cuando las enfermeras volvieron a declararse en huelga el 1 de mayo, ante lo que consideraron un incumplimiento de las autoridades a los acuerdos alcanzados. Desde entonces, durante 23 días, nueve enfermeras sobrevivieron con agua y miel hasta la media noche del martes, cuando concluyeron el ayuno. Las dos primeras exigencias de las enfermeras eran claras. Pedían el pago de prestaciones laborales pendientes desde 2011 y la reinstalación en sus puestos de trabajo de los compañeros cesados. La tercera se antojaba aún más complicada, pues demandaban el abasto de medicamos, insumos y equipos que mantenían en crisis al sistema estatal de salud.

Para María de Jesús, vocera de las enfermeras, el primer síntoma de la crisis se dio hace tres años, cuando la dependencia se quedó con los pagos realizados por concepto de préstamos de viviendas, impuesto sobre la renta, fondo para el retiro, contratos de seguros de vida, y otras prestaciones. La Auditoría Superior de la Federación reveló que existen observaciones al gobierno de Chiapas en materia de salud por 764 millones 408 mil 550 pesos, del ejercicio de 2015, por presuntas irregularidades financieras.

Esa malversación de fondos, dice la vocera, fue el motor que echó a andar las huelgas y llevó a las enfermeras a enfrentar taquicardia, mareos y padecimientos gastrointestinales, estragos de los días sin probar alimento. Las enfermeras explican que la crisis que atraviesa el sistema de salud afecta a unos 24 mil trabajadores, pero insisten en que lo más grave es el desabasto de medicamentos e insumos para atender a pacientes y usuarios, “sobre todos a los más pobres”.

Carencias históricas

El desabasto de medicamentos e insumos que llevó a las enfermeras al ayuno no es un tema nuevo en la entidad. De acuerdo con Víctor Hugo Zavaleta Ruíz, médico integrante de la comisión de diálogo con el gobierno del estado, la existencia de medicinas “siempre ha estado por debajo de 60%” y con la administración de Juan Sabines Guerrero (2006-2012) se llegó a menos del 30% de los fármacos y los materiales de curación. En la administración de Manuel Velasco, dice el entrevistado, el abastecimiento médico se ha mantenido en ese mismo porcentaje, por lo que de acuerdo con sus cálculos la existencia de medicamentos oscila en 30%.

El secretario de Salud de la entidad, Francisco Ortega Farrera, no está de acuerdo. En entrevista con EL UNIVERSAL el titular de la dependencia acepta que históricamente la entidad sufre de desabasto de medicamentos durante los primeros meses del años, pero asegura que al inicio del 2017 se efectuaron dos compras de medicinas con recursos estatales para evitar carencias el resto del año. Así, afirma, hasta marzo la el sistema de salud contaba con un “abastecimiento deseable” de medicamentos.

A pesar de ello, Ortega Farrera reconoce que durante el mes de abril se registró un “abastecimiento no deseable”que alcanzó niveles entre 40% y 50%; no obstante, asegura que las carencias se registraron en claves (medicamentos) específicos, por lo que los 3 millones 600 chiapanecos que se atienden en el sector salud “no quedaron en indefensión”.

Rostros de la dignidad

María Cielo Gramajo fue la enfermera que más tiempo duró en ayuno. Durante más de 32 días sobrevivío postrada en un camastro consumiendo sólo con agua y miel. Apenas el 22 de mayo la enfermera con 27 años de trayectoria fue e ingresada a terapia intensiva con dolor abdominal intenso, bradicardia, hipertensión, desgaste agrabado, pérdida del equilibrio y sincope; fue dada de alta y posteriormente se reincorporó al ayuno.

Otra de sus compañeras es Verónica Zenteno Pérez, de 48 años, 27 de los cuales los ha  dedicado al servicio de nutrición y enfermería, y quien afirma que la raíz de su dignidad. “Valoro y amo el trabajo de enfermería  y asumo  el dolor ajeno como mío al ver a los pobres y desamparados que  vienen al hospital”, advierte que volvería a  la huelga de hambre si el gobierno estatal incumpliera por segunda ocasión los  acuerdos.

Para Rosa Pérez Lázaro, originaria del municipio de Suchiapa la protesta sin consumir  alimentos no fue novedad, pues afirma, que desde niña enfrentó la pobreza y la falta de recursos en las labores del campo, al  lado de su abuela Andrea Teco Fuentes.

La experiencia de sobrevivencia se replica en Claudia Martínez Camacho, hija de campesinos con seis hermanas, y que desde niña se echó al campo a cultivar la tierra y conocer la gente necesitada. “ De ahí me nació la inclinación por el humanitarismo  y el sentido de justicia que propicia la enfermería. Así que” el ayuno para defender mis derechos y pugnar por el abasto de medicamentos e insumos para la gente necesitada no me resulta nada ajeno”, sostiene.

Nuevos acuerdos

Para que las enfermeras aceptaran terminar con el ayuno que ponía en riesgo su vida y reintegrarse a sus labores llegaron a una serie de acuerdos con el gobierno estatal que incluye “corregir” en 18 meses el adeudo del fondo para el retiro, en tres meses la regularización de los desvíos a pagos de terceros , y durante este mes la regularización de pagos de vivienda.

Para el abasto de medicamentos María de Jesús, la vocera del movimiento, dijo que se conformará un comité de trabajadores para verificar el surtido de los productos en los hospitales. Por ahora, enfatizó, “levantamos la huelga de hambre bajo protesta por el desabasto médico de material de curació, de equipos y de tecnologías en los centros médicos”.

Sobre el tema Francisco Ortega, secretario de Salud, aseguró que el abastecimiento ha comenzado en distintas unidades médicas y que se completará “en un nivel deseable y óptimo en no más de quince días”.

Mientras, las enfermeras aseguran que sostendrán inalterable la lucha por sus derechos, y si fuera necesario manifestarse nuevamente lo volverán a realizar.