La delegación de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), en Quintana Roo, rechazó la petición de la empresa holandesa Dutch Wheel International, para quedar exenta de presentar la autorización de impacto ambiental y obtener el permiso correspondiente para colocar su Megarrueda de la Fortuna en Punta Cancún.
El delegado de la Semarnat, Renán Sánchez Tajonar, informó que la empresa les notificó un “aviso de no requerimiento” para presentar la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), correspondiente a la instalación de la estructura de 60 metros, con 42 cabinas climatizadas para ocho personas cada una, en la zona con mayor conflicto vial del sitio turístico.

Después de evaluar el proyecto, en cuanto a su método constructivo, la delegación notificó a la compañía holandesa, a finales de enero, que el proyecto no se ajusta a la excepción establecida por la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (Legeepa) y su Reglamento, porque el predio se encuentra en un ambiente costero. “Ellos ingresaron ante esta delegación el aviso de no requerimiento de MIA y nosotros les respondimos y notificamos que la requieren, que deben tramitar su autorización de impacto ambiental por tratarse de una obra que se encuentra en un ecosistema costero, sea cual sea el servicio que brinde”, indicó el funcionario federal. Admitió que también la delegación de la Profepa, dirigida por Carolina García Cañón, fue notificada sobre el tema.
Sin embargo, la dependencia no se ha parado por el sitio ni ha aplicado la correspondiente clausura, ante la carencia de permisos federales, siendo que la instalación de la rueda está casi lista. A nivel municipal, nuevamente el gobierno del alcalde, Remberto Estrada, ha eludido dar una explicación acerca de quién y por qué se permitió a la compañía, llegar a casi 90% de avance, cuando no se le extendió ningún permiso, razón por la que apenas el viernes pasado, la Secretaría de Ecología y Desarrollo Urbano, suspendió los trabajos.
Estrada Barba tampoco ha esclarecido la razón para permitirle a la compañía mantener el retorno cerrado y el camellón parcialmente invadido.
El cierre del retorno constituye una violación constitucional a los derechos de tránsito de las personas, lo que llevó a Tiziana Roma, pionera de Cancún, a intentar arrancar los plásticos que obstaculizan el paso y uso de ese retorno.
Después fue abordada por tres patrullas que intentaron detenerla, acusándola de alterar el orden público. Al sitio se acercó un representante de la empresa para argumentar a Roma sobre las bondades de la megarrueda como atractivo turístico familiar, en una zona donde “abundan las prostitutas y los borrachos”.
La ciudadana señaló que el representante de la compañía le informó que poseen un permiso del ayuntamiento por 180 días y que si a la gente no le agrada, se irán después de ese tiempo, pero que confía en que se quedarán como un ícono de Cancún.
El ex presidente de la Comisión de Imagen Urbana (CIMUC), Francisco Córdova, que pasaba por el lugar, se detuvo al ver lo ocurrido e increpó a los agentes municipales y defendió el derecho ciudadano de abrirse paso y retirar los plásticos, palos y demás estructuras que obstaculizan el libre tránsito por el retorno de Punta Cancún.
El empresario, quien criticó duramente la “negligencia” y “opacidad” con que se ha conducido el alcalde, subrayó que él mismo solicitó información a la delegación de la Semarnat sobre el tema de los permisos y condenó el proceder de la empresa holandesa, al haber iniciado obras sin poseer las autorizaciones.