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Mujeres indígenas de Chiapas, entre la bruma de los usos y costumbres

Rituales de petición de matrimonio y dotes tradicionales se entremezclan con acuerdos económicos para conseguir parejas

Foto: Oscar Gutiérrez/ EL UNIVERSAL
08/03/2016 |14:24Oscar Gutiérrez / Corresponsal |
Óscar Gutiérrez
Corresponsal en ChiapasVer perfil

Juan, "El  Tigrillo”, originario de San Juan Chamula contrajo matrimonio con María, después de un “arreglo económico” de 15 mil pesos con la familia de la joven tzotzil.





La satisfacción y la alegría de la vida conyugal  duró unos meses, ya que la  joven esposa, acompañada de familiares, dejó a “ El Tigrillo” para viajar al estado de Sonora, donde lo esperaba un ex novio.

Airado, el frustrado esposo  de 22 años,  reclamó a sus suegros  la dote económica. Éstos sólo le restituyeron  9 mil pesos del monto entregado por la joven.

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En la comunidad Yacampot de ese mismo municipio de los Altos de Chiapas, vive también  Manuel, un campesino que cohabita con dos esposas, con las cuales procreó  siete hijos.

El tzotzil cultiva su parcela con la ayuda de ambas mujeres, quienes distribuyen sus labores en la labranza, el acarreo de leña, el pastoreo y el tejido de lana de borrego.

Ambos matrimonios se  enmarcan en los usos y costumbres indígenas, donde los rituales de petición de matrimonio y las  dotes tradicionales ( posh –aguardiente de maíz, chocolate, granos y otros alimentos autóctonos), se entremezclan  con  acuerdos económicos para conseguir parejas.

Estas transacciones derivan en violencia y atropellos a  los derechos humanos de mujeres, como ocurrió con Roxana Hernández Santiz,  una  tzotzil de 14 años, originaría de San  Juan  Chamula, quien en marzo de 2014 fue encarcelada por abandonar  a su marido.

Un juez indígena  ordenó el arresto de la joven, acusada de  dejar   a su pareja, y además  por negarse a pagar 24 mil 700 pesos,  con multa incluida.

Roxana, oriunda del poblado Tojchotic,  de Mitontic,  se casó con un hombre de  San Juan Chamula. Luego  se separaron. La menor  retornó con sus padres, donde se le notificó que debía pagar una sanción por abandonar a su cónyuge.

El marido argumento que gastó por unirse a ella 15 mil pesos, aunado a intereses. La cifra ascendió a  24 mil 700 pesos, que Roxana debía pagar. Al no reunirlos fue encarcelada y liberada después con la mediación de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas.

La feminista Patricia Chandomí refirió  que  históricamente las mujeres indígenas de los Altos de Chiapas,  se han empleado como servidumbre.

Por tanto,  la explotación de las familias empleadoras en la ciudad de San Cristóbal de las Casas, es tan grande, que algunas creen que les pagan lo suficiente al darles un techo y unas tortillas por jornadas que rebasan las 16 horas diarias.

En este contexto, enmarcó el caso de  María Flor Vázquez de 10 años de edad, quien antes de ser violada por un grupo de  hombres y asesinada, fue llevada  por su hermana a una mujer conocida como María, en la colonia Primero de Enero de  San Cristóbal de las Casas, quien resultó tratante de personas.

El hecho fue hace  cinco años  cuando María  Flor  trabajaba como empleada doméstica. María le  dijo que la llevaría a la casa de su socia Carmen, en donde la hija de ésta le señaló  a la niña que la llevaría a otro centro de trabajo.

Fue  trasladada  a una cantina de la ciudad en donde “la esperaban  8 hombres, quienes la violaron  hasta casi dejarla sin vida”. Por temor a la denuncia  Carmen y el chofer asfixiaron y remataron a la niña con un arma punzocortante, para luego tirarla en un callejón en el municipio de Huixtán”.

Organizaciones como El Grupo de Mujeres de San Cristóbal de las Casas (COLEM) y el Centro de Derechos de la Mujer de Chiapas (CDMCH) advierten que el monolingüismo, el analfabetismo y la baja escolaridad se correlacionan con un gran desconocimiento de las mujeres indígenas y rurales con relación  a sus derechos fundamentales.

El dirigente del Frente Campesino Popular, Enrique Pérez López pondera  la aportación positiva de los usos  costumbres en  los pueblos indígenas, como  unificadores  y preservadores de  raíces culturales,  lengua y tradiciones.

Lo negativo es cuando se le  impone a “otra persona, fuera de su voluntad; que por usos y costumbres  se tenga que enajenar a una persona fuera de su voluntad, eso ya transgrede los principios,  las libertades”, criticó.

En el marco conmemorativo del Día Internacional de las Mujeres, la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH) en Chiapas, reportó la capacitación permanente en materia de equidad de género, de derechos fundamentales de la mujer, violencia familiar, derechos básicos de la niñez y de grupos autóctonos, en municipios indígenas tzotziles, tzeltales, como Oxchuc, Tenejapa, Mitontic, Huixtán, Teopisca, San Juan Cancuc y San Cristóbal de las Casas.

Se han capacitado a 3 mil 035 personas de esos municipios de Chiapas, indicó.