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La Monarca retoma su reino

La cifra de mariposas creció este año en el santuario michoacano, pese al saqueo de recursos destinados a las áreas naturales

Las mariposas recorren cerca de 4 mil 200 km desde Canadá para huir de las bajas temperaturas y migrar a la reserva natural, en el municipio de Ocampo, Michoacán
13/12/2015 |01:25Carlos Arrieta / Corresponsal |
Redacción El Universal
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Ocampo.- Aproximadamente 160 millones de mariposas Monarca han poblado casi cuatro hectáreas del santuario El Rosario, el más grande del país y principal refugio para la hibernación del lepidóptero en México. Los vigías de la reserva natural protegida informaron que, a un mes de que inició su arribo, las colonias de mariposas colorean los gigantes árboles de oyamel a temperaturas muy bajas por la tarde, noche y madrugada como una forma de sobrevivencia.

Aunque no es su mejor año, la llegada de la Monarca a la biosfera de Michoacán presentó una mejoría en comparación con el año anterior; así, mientras que en 2014 pobló una superficie de 1.13 hectáreas, este año se cubrieron 4 hectáreas, es decir, aumentó 2.87 hectáreas, revela un estudio realizado por investigadores de diferentes universidades y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), que presentaron a los ejidatarios del lugar.

La investigación resalta que la mariposa sólo vuela entre las 9:00 y las 15:00 horas, siempre y cuando la lluvia o las bajas temperaturas no se hagan presentes en esa zona de conservación ubicada a 3 mil 600 metros sobre el nivel del mar.

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El documento Monitoreo de las colonias de hibernación de la mariposa Monarca fue el sustento del comisario ejidal de la comunidad El Rosario, Homero Gómez González, quien explicó que el principal enemigo de la mariposa migrante es el cambio climático.

Gómez González, de profesión ingeniero agrónomo, relató que desde el pasado 3 de noviembre llegaron cerca 160 millones de mariposas —cálculo realizado por el número de hectáreas pobladas—.

Detalló que su llegada a tierras michoacanas se retrasó unos días debido al huracán Patricia y a los frentes fríos 8, 9 y 10.

Entre el ligero sonido que provoca el aleteo de las mariposas, Gómez González recordó que en 1995 cayó una nevada que mató mucho lepidóptero en este lugar, por lo que los ecologistas pensaban que no regresaría más. Ese fue el segundo mejor año de población de la mariposa en 12.61 hectáreas.

Las condiciones del clima mejoraron en 1996 y el arribo de mariposas alcanzó su máximo histórico de población en 18.19 hectáreas, cifra que representó una llegada de más de 350 millones de ejemplares reconocidos por sus alas teñidas con el predominante naranja, acompañado de matices negros.

“Esto de ahora nos demuestra que la mariposa no está perdiendo extensión y que son cuestiones de clima, ya que hubo mucha humedad en los países del norte, la asclepia fue vigorosa, y al serlo hubo mucha producción de mariposa”, dijo Homero Gómez, mientras caminaba por las lodosas veredas.

Comentó que según las estadísticas, el año 2013 fue el de menor presencia de la Monarca, ya que sólo alcanzó a habitar .67 hectáreas, donde se calcula cohabitaron no más de 40 millones de mariposas en los cinco meses que dura la temporada de hibernación, seguido de 2014 en el que apenas se pobló 1.13 del total de hectáreas del santuario.

La Monarca recorre cerca de 4 mil 200 kilómetros desde el sur de Canadá para huir de las bajas temperaturas y migrar a esta importante reserva natural de 820 hectáreas (520 de área núcleo y 300 de amortiguamiento) localizadas en el municipio de Ocampo, Michoacán.

Los visitantes que llegan en familia o en nutridos grupos, no dan crédito de lo que ven, a pesar de que el clima de los últimos días no favoreció mucho su vuelo.

Los minutos de sol son aprovechados por las mariposas para abrir sus alas y el espectáculo natural es disfrutado por propios y extraños, que suben a esa parte montañosa que se vacía en la última semana de abril o a más tardar la primera de marzo, año con año.

La reserva natural es vigilada diariamente por 20 ejidatarios para evitar la devastación forestal de grupos ajenos; 10 patrullan en la mañana y 10 por las tardes. La llegada de la mariposa Monarca es la única fuente de ingresos masiva de esa comunidad durante la temporada.

El resto del año, los pobladores tienen que viajar a otras ciudades del país o a Estados Unidos, por eso ha crecido en los últimos 15 años su interés por conservar el lugar y garantizar las condiciones, en medida de sus posibilidades, para un mejor arribo del lepidóptero que abandonará territorio michoacano en la primera semana de marzo.

Campañas negras

Los habitantes de la región michoacana donde arriba la mariposa Monarca advierten que se enfrentan a dos grandes enemigos: el cambio climático y el saqueo de los recursos destinados a la conservación de sus bosques.

Han denunciado el abuso de diferentes organizaciones que lucran a través de “campañas negras y catastróficas irreales” en contra del hábitat natural, para obtener millonarios recursos de fundaciones que apoyan a la conservación de áreas protegidas.

“Hay muchos intereses de las ONG elitistas que siempre usan el amarillismo para recaudar más recursos que nos triangulan y que nos llegan en una baba a este lugar”, acusó el comisario ejidal Homero Gómez González.

“El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por su sigla en inglés), Alternar, Biocenosis y Pronatura se quedan con todos esos recursos que vemos que donan las fundaciones y aquí sólo llega una proporción raquítica del 2 o 3% de lo que se habla para la conservación del santuario”, advirtió Homero Gómez.

Durante una reunión de representantes del ejido El Rosario, lo pobladores pidieron que se igualen las cantidades para todos los lugares a los que arriba el lepidóptero, porque los bosques son los mismos, son de la mariposa Monarca.

Por ejemplo, explicaron que mientras ellos reciben apoyos de 360 pesos por hectárea conservada, en el Estado de México les otorgan hasta mil 500 por la misma superficie como pago de servicios ambientales.

Pero los pobladores conservacionistas de la región se dicen resignados; ninguna autoridad los escucha y han decidido actuar con sus propios medios para no perder la única fuente de ingresos temporal de cerca de 97 familias.

En ese sentido han decidido sacrificar una suma importante de parcelas donde sembraban maíz y avena para su consumo alimentario y crear mil nuevos bosques en los que se sembraron árboles de pino y oyamel.

Saben que si algún día el arribo de la Monarca se ve afectado, sus ingresos también; pero que no pretender aprovechar sus recursos naturales para comercializar madera y mejorar su economía, porque eso le costaría un daño al santuario.

Como dato, dieron a conocer que si explotaran legalmente los árboles recibirían al año montos cercanos a los 25 millones de pesos; mientras que actualmente dependen de la llegada de al menos 100 mil visitantes nacionales y extranjeros para obtener no más de 4 millones de pesos de ingresos.

Por separado, el empresario hotelero Roberto Molina Garduño reconoció el trabajo de los ejidatarios y condenó el actuar de las ONG en detrimento de la conservación de infraestructura y de las áreas naturales protegidas.

El también vicepresidente de la Asociación Nacional de Agencias de Viajes en Michoacán lamentó las campañas negras en contra del arribo de la mariposa y dijo enfático que eso sólo habla del interés personal y mezquino de quienes están al frente de estas organizaciones.

Incluso, denunció que como daño colateral de esas campañas en las que “se inventan números para que parezcan bosques catastróficos y le liberen más recursos las organizaciones, sin que lleguen a los preservadores”, también hay afectaciones en el sector turístico.

Recordó que hasta hace algunos años, la ocupación hotelera aumentaba hasta en 15% en temporada de hibernación de la mariposa Monarca, por lo que aumentaba de 35% promedio, hasta en 50% en las más de 3 mil habitaciones disponibles que hay en los 92 hoteles la región, lo cual actualmente ya no sucede.

Reveló que inclusive ya hay agencias de viajes que tuvieron que cerrar sus puertas, por lo que finalmente reconoció el trabajo que por sí solos han desarrollado los habitantes del ejido El Rosario para la conservación del hábitat donde arriban año con año, los lepidópteros.