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En pleno auge de la Beatlemanía, a mitad de los años 60, los gritos de los fanáticos en sus conciertos eran tan intensos que volvían inaudible hasta un jet, explicaba George Martin, quien tuvo que esperar a que la tecnología le permitiera producir en 1977 el The Beatles At The Hollywood Bowl SMAS-11638, único disco en vivo oficial de la banda británica.

Casi 40 años después, con un nuevo avance tecnológico y con ese LP descatalogado, se podrá escuchar “la energía en crudo de cuatro muchachos tocando juntos para una multitud que los adoraba. Es lo más cercano que se estará del Hollywood Bowl en el punto álgido de la beatlemania”, dijo Giles Martín, hijo del afamado productor del cuarteto, respecto a The Beatles: Live At The Hollywood Bowl.

La nueva versión de los conciertos que los británicos ofrecieron en ese foro en 1964 y 1965 será lanzada al mercado el 9 de septiembre y acompañará al documental de cineasta Ron Howard: The Beatles: Eight Days A Week. The Touring Years.

En comparación al disco de 1977, “ahora hay una claridad mejorada, así que la emoción visceral se puede escuchar como nunca antes”, indicó Giles en julio anterior en un comunicado dado a conocer por Universal Music.

Desde su irrupción en Estados Unidos, y un poco antes, los gritos histéricos acompañaron los conciertos de The Beatles, lo mismo ante 17 mil personas en el Hollywood Bowl (1964-65), que 55 mil en el Shea Stadium de Nueva York (1965) o 25 mil que asistieron al Candlestick Park de San Francisco (1966) para su última presentación.

Esos años, más los primeros que los forjaron como músicos en Inglaterra y Alemania, serán los que recoja el documental de Howard. Tiempo de algarabía, euforia y fanatismo, que terminó por agotar a los mismos Beatles.

Una vez populares, los músicos repetían la rutina de sus presentaciones: poco más de media hora de show, breves interacciones con el público entre las canciones, y una reverencia antes de salir a la siguiente ciudad o país.

“En 1966 las giras empezaron a volverse aburridas y yo ya estaba bastante harto de ellas”, se quejaba Ringo Starr, de acuerdo con las palabras recogidas de los cuatro en el libro The Beatles Anthology del año 2000, de Ediciones B y en el documental para tv del mismo nombre de 1995.

John comentaba, a propósito del último concierto de la banda en San Francisco, que el pasado 29 de agosto cumplió 50 años: “No quería volver a ir de gira, sobre todo después de que me acusaran de crucificar a Jesucristo, cuando sólo fue una observación casual… no lo aguantaba más”.

George Harrison apuntaba: “La Beatlemanía nos pasó factura… el ir de gira ya no resultaba divertido… Habíamos tocado en directo unas mil 400 veces y yo pensaba que ya estaba bien”.

Paul, el más reacio a dejar las presentaciones, terminó por darles la razón a sus compañeros: “George y John eran los más contrarios a las giras… yo pensaba: ‘Las giras son buenas y nos mantienen en forma’, pero al final estuve de acuerdo en dejarlo”.

George Martin, quien falleció el 8 de marzo pasado, abonaba a esa decisión, como lo expresó en The Beatles Anthology: “Curiosamente, en el segundo concierto en el Shea Staduim (de 1966) quedaron 11 mil entradas por vender y fue con eso en mente cuando dijeron: ‘de acuerdo, no vamos a hacer más giras. Nos tomaremos un descanso y haremos un disco’”. Y resultó ser el que es considerado el mejor de la historia: Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, que en 2017 cumplirá 50 años.

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