Este lunes comienza un nuevo ciclo escolar en el país con más de 25 millones de alumnos que vuelven a las aulas; algunos de ellos ingresan a un nuevo nivel educativo, pero, como en una prueba de resistencia, son miles los que se quedan a mitad del camino con una mínima posibilidad de reintegrarse después.

De cada 100 niños que ingresaron a la escuela en 1999, un promedio de 22 concluyó satisfactoriamente algún estudio universitario en el ciclo 2015-2016, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Educación Pública que hoy publica EL UNIVERSAL.

¿Qué ocurrió en esos años para que 78 estudiantes de los 100 que iniciaron truncaran su vida educativa? Las razones pueden ser diversas: familiares, económicas o sociales, y ese es el dato que ahora debe indagarse.

En un par de historias que hoy presenta este diario se da cuenta de que la falta de dinero así como la falta de orientación fueron las causas de abandono escolar para al menos dos de quienes comenzaron a estudiar la primaria en 1999. Hoy, a sus 24 años de edad, podrían haber concluido alguna carrera universitaria. Ambos muestran arrepentimiento y un deseo de continuar sus estudios.

Las clases que arrancan este día comienzan con buena parte de la reforma educativa en marcha. El sindicato magisterial no tiene más el control de la educación e ingresan al servicio profesional los más aptos, sin la perniciosa venta de plazas. Uno de los principales datos que deben mostrar la efectividad del nuevo modelo educativo es precisamente abatir las cifras de abandono. Aunque en primaria el porcentaje de eficiencia terminal es alto, en la secundaria comienza a presentarse el problema de las deserciones, que se agrava en el nivel medio superior.

Que miles de jóvenes abandonen sus estudios representa un elevado costo para el país. La falta de preparación condena a muchos de ellos a percibir bajos salarios y a otros tantos a caer en la tentación del dinero fácil que puede representar la comisión de ilícitos.

Inevitablemente no todos alcanzarán o terminarán el nivel superior, pero es urgente que México eleve su grado de escolaridad que en 2015, según el Inegi, se colocó en 9.1 años, lo que equivale a secundaria terminada. Entre las naciones integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, el promedio de jóvenes que ingresan a la universidad es de 67%, mientras en México es de 38%.

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