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Seductores de los cielos y la adrenalina probaron suerte en el firmamento mexicano. La promesa de volver es latente.

Air Race, competición de aviones acrobáticos, antes de hacer su tercera parada oficial del año en Chiba, Japón (4 y 5 de junio),  realizó ayer una exhibición especial en el aeropuerto de Acapulco, en Guerrero, con la experiencia de pilotos de talla internacional como el brasileño Francis Barros, el español Juan Velarde, el estadounidense Kirby Chamblis y el chileno Cristian Bolton.

"Estoy encantado con México, tenemos la misma pasión por la vida y Acapulco es un lugar magnífico para una carrera. Hoy estamos dependiendo de la difusión de este deporte, la Fórmula Uno es espectacular y tienes dos dimensiones, pero acá tienes tres, es magnífico", dijo Francis Barros para El UNIVERSAL.

Por su parte, Juan Velarde se mostró entusiasmado por una cercana posibilidad de disputar una fecha oficial en territorio mexicano.

"Acapulco es un lugar ideal para este deporte, estoy esperando venir a competir, todo mundo la espera con ilusión, nos vendría bien a todos, tendría un buen impacto para México y el resto de Latinoamérica", comentó el europeo, quien estimó que el próximo año nuestro país tendría posibilidades de formar parte del calendario.

Creado en el 2003, pero oficializado como certamen mundial en 2005, Air Race representa un hito para los que van más allá de los límites del suelo y del agua, luego de que las aeronaves logran velocidades de 370 km/h y fuerzas de casi 10 Gs, en un circuito con postes inflables de 25 metros de altura.

Así, con México entre posible sede,  el puñado de pilotos renueva ilusiones para mejorar posiciones en las citas aún pendientes del actual campeonato por disputarse en Budapest, Hungría; Ascot,  Gran Bretaña; Lausitzring, Alemania; y los circuitos estadounidenses de Indianápolis, y Las Vegas.

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