Lujo discreto. Estas dos palabras, que en teoría son una contradicción, pueden resumir a la perfección el legado de la casa italiana Bottega Veneta y la trayectoria del diseñador alemán Tomas Maier al frente de ésta. El match perfecto entre la calidad de sus productos y las referencias de Maier se ha demostrado en sus prendas, accesorios y campañas. Estas últimas forman parte de un nuevo libro que las recopila.


Art of Collaboration lleva el mismo nombre que el proyecto iniciado por Maier cuando tomó la dirección de su firma: cada temporada, el creativo invita a un artista visual diferente para que realice sus campañas. El resultado es impresionante: las imágenes del fotógrafo inglés Antony Armstrong-Jones (Lord Snowdon) son retratos minimalistas en blanco y negro, mientras que las obras concebidas por la artista visual Alex Prager son un homenaje al cine de Alfred Hitchcock con toques intensos de color.


Así, el libro editado por Rizzoli, y que celebrará el 50° aniversario de la casa, reúne más de 100 imágenes en las que, irónicamente, lo menos importante es la moda. “Siempre he colaborado con personas a las que admiro mucho y permito que el artista interprete la colección de la manera que desee. Me gusta mucho discutir las influencias de cada temporada con ellos. Una vez que llegamos a un acuerdo sobre el aspecto de la campaña, permito que la fotografíen sin intervenir”, declaró a la revista AnOther.


Maier suele ser tan discreto como sus prendas, por lo que son pocas las personas que saben sobre su pasión por el arte contemporáneo y la fotografía. Sin embargo, sus referencias estéticas son muy precisas y contribuyen a un proceso creativo que ha convertido a la firma en una de las más buscadas por los conocedores del mercado de lujo que quieren un producto con altos estándares de calidad, pero alejado de la ostentación.


El arte como estrategia 


Antes de la llegada de Maier a la casa, ya había existido un acercamiento previo al mundo del arte, pues  Andy Warhol creó un cortometraje para ellos en 1980. Sin embargo, con los cambios en el personal y la crisis que en esa misma década sufrió la compañía, esa relación se interrumpió.


El creativo alemán le devolvió a la firma su relevancia con diseños sofisticados y rescató su famosa técnica del cuero trenzado o intrecciato.


Le dio prioridad a las campañas publicitarias con un toque de distinción frente a las tácticas habituales en las firmas de moda: asociación con celebridades, fiestas glamurosas e incluso desfiles, los cuales iniciaron hasta la temporada primavera-verano 2004.


De acuerdo con Maier, todas las series son sus favoritas, aunque la campaña otoño-invierno 2012, realizada por el fotógrafo Erwin Olaf, recibió muchos elogios de su parte. “Su punto de vista es a la vez formal y psicológico, con los que la superficie y su esencia tienen una relación compleja. Él capturó perfectamente la sensibilidad precisa y cambiante de la colección, pero también agregó un relato inesperado que hace la campaña especialmente rica.”


El libro, que reúne también a artistas visuales como Nobuyoshi Araki —conocido por sus fotografías eróticas, pero que en la temporada primavera-verano 2015 optó por una campaña con toques urbanos — y Nan Goldin, también cuenta con la colaboración del periodista Tim Blanks y la crítica literaria Daphne Merkin.  

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses