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Los patios, jardines, salones y hasta la cocina de la casona ubicada en Guadalajara 104, en la colonia Condesa, se convirtieron esta semana en talleres improvisados de restauración para tratar de secar con los rayos del sol o deshumidificadores industriales los cientos de expedientes históricos y algunas fotografías del Fideicomiso Archivos Plutarco Elías Calles y Fernando Torreblanca (FAPECFT), que quedaron sumergidos en aguas negras la tarde del jueves de la semana pasada, cuando se inundó la parte baja del inmueble.

Una semana después de esa catástrofe causada por las lluvias y problemas en el drenaje de la colonia Condesa, el personal de la institución continúa realizando las labores de rescate de esos documentos que resultaron dañados, los cuales se han contabilizado en 8 mil expedientes históricos correspondientes a los fondos de los presidentes Plutarco Elías Calles, Álvaro Obregón, y a la secretaría particular de la Presidencia en el periodo de 1920 a 1930, cuyo titular era precisamente Fernando Torreblanca.

Esos materiales históricos, entre los que se encuentra la correspondencia personal del general Elías Calles y otros documentos de esa época, estaban perfectamente resguardados en la planta baja de la casa, en 40 archiveros negros de cuatro cajones, hasta que el jueves de la semana pasada las aguas negras alcanzaron una altura de 55 centímetros e inundaron la cuarta gaveta de esos archiveros.

“Calculo que cada gaveta tiene aproximadamente 200 expedientes, estamos hablando de 8 mil expedientes dañados. Cada expediente puede tener de uno hasta 50 documentos”, detalló a EL UNIVERSAL Norma Mereles, directora del Fideicomiso, quien aclaró que por ahora no se tiene un inventario específico de los documentos afectados, pues se han concentrado en las labores de secado y estabilización.

“En esos cajones había material diverso, correspondiente a esos tres fondos. Todos los documentos están catalogados y encuadernados, no hay uno solo suelto, todo se puede identificar. Pero lo que estamos haciendo ahora es el proceso de secado. Hay que estabilizar todo ese material histórico para luego restaurarlo; tenemos que desencuadernar, volverlos a lavar, quitarles todo el material sucio y volverlos a secar, luego estabilizarlos y de nuevo encuadernarlos”, explicó.

Entre los resultados de esa catástrofe también se ha registrado el daño a material administrativo y en al menos 10 álbumes fotográficos, entre ellos uno que incluye imágenes tomadas por Guillermo Kahlo durante la fundación del Banco de México y otro que guarda fotografías sobre la celebración del Centenario de la consumación de la Independencia en 1921, cuyos soportes están ilustrados con cenefas hechas por el artista Roberto Montenegro.

Talleres de restauración. El martes, cuando este diario visitó el lugar, todo el personal de la institución y restauradores trabajaban en patios y salones para supervisar que los documentos históricos habían secado bien, mientras que en uno de los salones instalaban un pequeño taller de restauración en el que especialistas en archivos históricos trabajarán para recuperar los documentos. “Tenemos la seguridad de que lograremos recuperar 95%, pero trataremos de que sea lo máximo posible”, confió Mereles.

Sin embargo, el proceso no será nada fácil ni económico. La también especialista en archivos históricos dijo que la restauración de todo el archivo podría llevar más de un año y, aunque no tiene una cifra especifica de cuánto podría costar, tiene claro que los materiales para restauración serán costosos, y habrá que sumar los honorarios de al menos ocho restauradores que se necesitarán en todo ese proceso.

“No hemos cuantificado pero sí es muchísimo. De los primeros gastos fue la renta de los deshumidificadores industriales, que han sido muy efectivos para secar el material; 24 horas de cada uno de éstos cuesta mil pesos, rentamos seis y los tendremos 15 días; estamos hablando de 100 mil pesos de entrada, todo esto es sin contar honorarios de los restauradores, el material que hay que comprar, y otros gastos”.

“Estamos solicitando apoyo de todos lados, no sólo apoyo técnico, también financiero”, expresó Mereles.

Y es que, aunque la Fundación recibe cada año un donativo económico por parte de la Secretaría de Educación Pública y uno mensual del PRI, esos recursos no son suficientes para la operación y cuidado de los 12 acervos documentales y 30 mil fotografías que resguarda. “No generamos recursos, la consulta de los archivos es gratuita, y hay instituciones que nos apoyan, pero siempre estamos necesitados de recursos. Este año íbamos a terminar con un déficit, pero con esta catástrofe ahora estamos en una situación de emergencia”, declaró Mereles.

Hasta el momento, comentó, los únicos apoyos que han recibido han sido las asesorías de instituciones archivísticas, como el Archivo General de la Nación (AGN), la asociación civil Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México (ADABI), y el Sistema Nacional de Fototecas del INAH (SINAFO). En cambio, las autoridades de la delegación Cuauhtémoc no han atenido ningún acercamiento a la Fundación, que ya había reportado los problemas de inundación en el inmueble. “Sólo nos han dicho que ese problema le toca a la próxima administración, que inicia el 1 de octubre”, dijo.

En el archivo hacemos todo lo posible para cuidar estos documentos, pero esto nos rebasó, comentó la directora de esta asociación fundada en 1986. Por eso, añadió, para evitar otra catástrofe y para reforzar las medidas de protección de los documentos, el Fideicomiso planearía construir un pequeño edificio de dos pisos, en alguna extensión del terreno. “Sería un edificio inteligente, con todas las medidas precautorias para conservar nuestros acervos”, explicó Mereles, quien aclaró que esto ha sido un proyecto que habían considerado desde años atrás, pero que no han podido concretar por falta de recursos.

jram

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