Después del IVA, el predial es quizá el más conocido de los impuestos. Y basado en la hipótesis de que alguien que sea propietario de un inmueble paga este impuesto municipal, entonces se le llama también, impuesto a la propiedad. Y como todo impuesto, tiene sus complejidades para recaudarlo, porque hay que formar cultura de pago. Y para formar esta cultura tributaria, hay que vencer uno de los principales adversarios instalado en la desconfianza ciudadana de que sus impuestos sean aplicados debidamente.
Por eso es que frente a la promoción de una cultura tributaria con fuente constitucional definida en la obligación de los mexicanos de contribuir al gasto público; como gobierno debemos hacer énfasis en la parte que nos toca al gestionar y ejecutar un gasto público sobre las bases de que el importe de lo recaudado se destine a la satisfacción de las atribuciones del Estado relacionadas con las necesidades colectivas o sociales, o los servicios públicos, tal y como lo definió la SCJN. Desde nuestra perspectiva así debe cerrarse el círculo: el ciudadano paga y el gobierno lleva a cabo un ejercicio racional para generar un gasto público apegado a las normas presupuestales.
Bajo esa perspectiva es que en el piso municipal, hemos promovido distintos programas para fomentar la cultura tributaria mediante los incentivos al pago oportuno y a la regularización de adeudos derivados del impuesto predial, pero también de algunos derechos.
Con esto hemos logrado generar beneficiar a los contribuyentes en general, pero con especial enfoque social a mujeres que son jefas de familia, así como adultos mayores, y personas que se encuentren en situación de vulnerabilidad.
Hemos tenido ya un avance al cierre del primer semestre de este ejercicio: pues aumentamos la eficiencia sobre el cobro del impuesto predial en cantidad de expedientes y en las sumas recaudadas. Incluso podemos señalar que en este 2019 se han regularizado en el pago del impuesto predial contribuyentes ciudadanos, que su último pago databa del año 2005.
Esta es la primer parte de la relación tributaria contribuyente-gobierno: los ciudadanos contribuyen y aprenden a contribuir, y como gobierno, los mandatarios debemos desplegar un gasto público responsable, legal pero también legítimo, social, transparente y abierto a la rendición de cuentas.
Ex Senadora de la República
y actual Presidenta Municipal de
Guadalupe, NL