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En tres años de vida, los impuestos especiales antiobesidad van perdiendo el peso que ganaron en la recaudación que se estima cada año a partir de 2014, cuando nacieron con la reforma fiscal.

Las cantidades extraordinarias que se estaban obteniendo por el cobro de un peso por litro a refrescos y el gravamen de 8% a alimentos no básicos, están dejando de tener el punch con el que iniciaron cuando eran la novedad en el sistema tributario.

Incluso en 2016, la recaudación del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) de alimentos no básicos conocidos como comida chatarra, resultó por debajo de lo programado en el calendario que elabora la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Se esperaban 17 mil 323 millones de pesos para 2016, pero los ingresos que cayeron a las arcas del gobierno federal fueron de 16 mil 929 millones, es decir, 394 millones menos a lo estimado por las autoridades hacendarias.

Hay que tomar en cuenta que en 2014, la diferencia respecto a lo proyectado fue de 7 mil 684 millones de pesos, la más grande desde que se implementó el nuevo gravamen para combatir la obesidad y la hipertensión con el gravamen para desincentivar el consumo de la comida chatarra como botana, confitería, chocolates, flanes, dulces de leche, helados, nieve, paletas de hielo y cremas de cacahuate y avellana entre otros que se fueron agregando a la lista.

Para los refrescos, el gobierno federal recaudó el año pasado 23 mil 348 millones de pesos frente a los 21 mil 62 millones que se habían calendarizado; unos 2 mil 286 millones más que ingresaron por ese concepto que incluye todas las bebidas saborizadas como polvos y jarabes.

En 2014, cuando se empezó a cobrar un peso por litro, dejó 5 mil 799 millones de pesos más con relación a lo que se calculó en el calendario de ingresos, posteriormente en 2015 dichos recursos superaron las estimaciones en 3 mil 122 millones.

El IEPS antiobesidad surgió como una iniciativa para reducir los problemas causados por el sobrepeso, en especial de la población infantil, por lo que un grupo de senadores impulsó que los ingresos obtenidos por este gravamen se destinaran a combatirlo a través de programas de educación física y la instalación de bebederos de agua potable en las escuelas primarias, elementos que no se han logrado hasta el momento.

Mercado interno. Para el titular de la Unidad de Política de Ingresos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Rodrigo Barros, la evolución de los ingresos derivados de los impuestos al consumo sigue siendo favorable gracias al dinamismo del mercado interno.

“Hay que entender en el contexto cómo han evolucionado los impuestos al consumo durante el año pasado. Todos tienen un dinamismo muy elevado que es consistente con un mercado interno que tuvo un dinamismo muy fuerte el año pasado también en el contexto de un crecimiento fuerte de la masa salarial, de un crecimiento del empleo formal, del crédito al consumo”, explicó.

Señaló que en el caso del IVA, los recursos que se captaron por medio de este gravamen registraron una tasa de crecimiento elevada, y lo mismo para el caso de la gran mayoría del IEPS y no solamente para el de refrescos.

El impuesto especial a cervezas y para las bebidas alcohólicas también mostró un comportamiento favorable, señaló el funcionario.

Del caso del IEPS a alimentos no básicos (comida chatarra), destacó su comparación en términos reales de 3.4%, que es más de lo que creció la economía en su conjunto en 2016.

“Sí hay un patrón muy claro de que los impuestos al consumo vienen con un dinamismo muy fuerte, lo cual es totalmente compatible como viene evolucionando el mercado interno que ha tenido mucha robustez”, afirmó en la conferencia de prensa con motivo del informe de finanzas públicas.

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