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Las “constantes” manifestaciones de la población, la percepción de que no mejora la calidad de los ciudadanos y el empeoramiento de la calificación de México en competitividad revela que las medidas para mejorar la situación del país no tienen los resultados que esperan las personas, detalló el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

De persistir el malestar que existe en torno a los rezagos en el ámbito social puede haber efectos negativos en la confianza y en el consumo en el mediano plazo.

Por lo tanto, es hora de dejar de diseñar programas asistenciales que no reducen la pobreza ni la desigualdad y crear condiciones para que haya más inversiones que generen empleo.

El Análisis Económico Ejecutivo semanal del CEESP, a cargo de Luis Foncerrada Pascal, explicó que “México continúa empeorando en la clasificación mundial y eso indica que las medidas que se han venido instrumentando no han dado señales de que habrá resultados importantes ni en el corto ni en el mediano plazos”.

En el reporte de Competitividad Mundial 2016 del Institute for Management Development (IMD) México perdió seis lugares, al pasar del lugar 39 al 45, con retrocesos en los cuatro factores que miden: desempeño económico; eficiencia del gobierno; eficiencia en los negocios, e infraestructura.

La caída en la percepción “hace evidente que las políticas para fortalecer estos factores no han tenido los resultados esperados, propiciando que en opinión de los ejecutivos de negocios entrevistados la situación del país puede ser más débil de lo que se percibe en general”, añadieron los economistas del centro.

Los resultados pueden mostrar preocupación porque los factores que impulsan el mercado interno, como el aumento en la ocupación y los menores niveles de inflación pueden ser temporales, hay nerviosismo por la permanencia de la debilidad en la demanda mundial, aspectos que generan una expectativa menos optimista.

Además, existe incertidumbre de que el gobierno federal cumpla con la reducción del gasto que prometió para 2016 y 2017, porque en 2015 no se hizo a pesar de que se anunció.

En torno al bienestar, la semana pasada la OCDE emitió su Índice para una Vida Mejor, en donde México ocupó el penúltimo lugar de un universo de 38 países, sólo por arriba de Sudáfrica.

“Lo preocupante es que a pesar de los esfuerzos que se han venido haciendo para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, estos no han percibido beneficios sustanciales”, agregaron.

Por eso continúan las manifestaciones de la población, pidiendo soluciones a los rezagos que viven. Es momento de hacer cambios porque “sin empleos permanentes, aún la compra de votos tendrá un límite”, expusieron los economistas del CEESP.

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