Los momentos adversos pueden ser una excelente oportunidad para tomar buenas y extraordinarias decisiones, son momentos clave en donde se tiene la valiosa oportunidad de superar el estancamiento y crecer como empresa. Carlos Llano Cifuentes llamaría al estancamiento “aburguesarse” empresarialmente.

Las crisis mueven a desafiar la inventiva. La creatividad es una valiosa herramienta que puede ayudar a solucionar diversos problemas donde el potencial del ser humano es puesto a prueba. Sin embargo, conviene “apalancar” este proceso creativo con el equipo de trabajo que acompaña a todo directivo en la aventura empresarial.

Ahora bien, es muy importante que las decisiones sean tomadas en un ambiente de tranquilidad y serenidad. Los hermanos Heath mencionan en su libro Decídete que uno de los villanos que aparecen durante la toma de decisiones es “la emoción a corto plazo”. Cuando algunos sentimientos predominan sobre otros, es necesario “alejarse”, primero estabilizarse, ya que de lo contrario se pueden tomar malas decisiones.

Con frecuencia, las situaciones que se dan dentro de las empresas son complejas.

Carlos Llano menciona que la Acción Directiva tiene tres grandes momentos, siendo uno de ellos el Diagnóstico. Éste posee dos vertientes. La primera es una característica externa y muy necesaria: la objetividad; la segunda, está más incorporada a lo interno, al diagnóstico de las propias capacidades: la humildad.

Hacer un diagnóstico de una situación requiere objetividad (objetividad en la situación) y humildad (objetividad personal).

En cualquier momento es necesario actuar con esta “doble” objetividad, y cuando la situación es compleja, es necesario esforzarse mucho más para alcanzarla.

Para lograr esto, es necesario que el empresario o director huya de aquéllos enemigos que afectan la objetividad.

De acuerdo con los hermanos Heath, otra barrera es “la estrechez de vista”. Con frecuencia se realizan análisis subjetivos de las situaciones, pero eso únicamente lleva a la inmovilización de la circunstancia, pues prevalece la incapacidad de ser más creativos en las posibles soluciones.

Una alternativa para resolver lo anterior es alejarse y hacerse algunos cuestionamientos como: ¿Son mis alternativas excluyentes o incluyentes? ¿Qué pasará dentro de cinco años si tomo esta decisión? ¿Se podrá generar una nueva solución? ¿Cómo hago para que A más B sea una alternativa C más grande? Cada opción tiene sus ventajas y desventajas. Debemos conocerlas a fondo.

Volviendo al concepto de la Acción Directiva, se puede identificar otro momento denominado Mando (1. Diagnóstico, 2. Decisión, 3. Mando). El hecho de mover a la organización hacia la meta implica “afectar” la situación diagnosticada.

Así que la decisión no sólo es algo bonito para escoger, sino algo arduo para conseguir.

Desde mi punto de vista, un director tiene que tomar decisiones, en primer lugar, sobre cosas ya establecidas: implementación de sistemas de costos y control, optimización de operaciones, mejora en la calidad de sus productos, etc. Es decir, prácticas comunes de la mayoría de las empresas.

Por otro lado, el director tiene que decidir sobre nuevos esquemas situacionales y nadie le indicará cómo, ni cuándo. Ésta es la verdadera misión del director, tomar decisiones que nadie más tomará. Y esto es lo disruptivo, ya que su posición y quehacer son únicos.

Los momentos de adversidad pueden serlo para muchos, pero es tarea del director convertir esos momentos de aparente “adversidad”, en grandes oportunidades que conduzcan al éxito empresarial.

Director del área de Análisis de Decisiones
de IPADE Business School

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