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A los sectores comercial e industrial no les gustó el mensaje que emitió la Secretaría de Economía en el que informó que el alza en los precios del diesel y la gasolina sólo tendrá impactos marginales sobre la cotización de alimentos básicos.

La semana pasada la dependencia detalló que las afectaciones serán: de 5 centavos en el kilo de tortilla, 8 centavos el litro de la leche y 4 centavos el kilo de huevo.

La crítica de los empresarios se debe a que opinan que cada negocio tiene sus costos y no es papel de la Secretaría de Economía fijar precios.

“La posición de la Secretaría de Economía es de equilibrio y control, pero no de fijación de precios… como autoridad, no deben intervenir en la fijación de precios”, manifestó el presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco), Enrique Solana Sentiés.

Agregó que el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, defiende el libre mercado y pareciera que ahora se quisiera regresar a una política estatizante de control de precios.

Por ello, anunció que ante la declaración del gobierno de que castigará aumentos injustificados de precios pedirán una reunión con la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) para que se les explique “qué es injustificado”, porque el libre mercado debe de fijar los precios.

Si la Secretaría de Economía quiere regular precios, solamente puede hacerlo en aquellos productos en donde interviene con subsidios como en el precio del maíz, indicó.

El asesor económico de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), Pedro Tello, dijo que si bien el gobierno emitió un boletín en el que advirtió que los aumentos tendrían que ser de centavos a causa del gasolinazo, la autoridad no consideró que también subieron las tarifas eléctricas, el gas LP y hay depreciación del peso frente al dólar.

“Habrá que ver cómo trasladar las alzas a precios finales. No hay forma de saber cómo o cuánto puede subir un precio porque hablamos de distintos tamaños de empresas, de niveles de tecnología”, manifestó Tello.

Por ello consideró que la ecuación de la secretaría no es simple porque en una economía mexicana con firmas transnacionales, con compañías grandes, pequeñas, medianas y empresas familiares no se puede decir que el impacto va a ser el mismo.

En un intento por minimizar el incremento de los precios de los combustibles y las afectaciones que anunció el sector privado, la Secretaría de Economía afirmó que el impacto no es directo, por lo que un aumento de 16.5% del diesel sólo implica un efecto “de no más de 5 centavos por kilo de tortilla… considerando que actualmente el precio del maíz en pesos es 20% más bajo que en diciembre de 2011. No hay evidencia que justifique un alza desproporcionada al precio de la tortilla”.

En cuanto al litro de leche, aseveró que como el precio internacional de referencia de la leche “cayó 7.2% de enero de 2014 (máximo nivel) a noviembre de 2016, su precio en México subió 8.2%, en el mismo periodo. Por lo que un aumento no sería justificable”.

Además esto contrasta con lo dicho por la presidenta de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo en pequeño de la Ciudad de México, Ada Irma Cruz, quien aseguró que los productos industriales y agropecuarios pueden incrementarse en 10% a consecuencia del aumento de los energéticos, es decir, gasolina, diesel y electricidad, a lo que se sumó el alza en el gas LP.

Esa estimación de aumento de 10% lo comparte el presidente de Fomento Industrial de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), Juan Manuel Chaparro, quien explicó que el impacto en precios dependerá de la cantidad de combustible que se use en la manufactura de un producto, por ejemplo los metales y la fundición consumen mucho energético, casi 80% de sus insumos.

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