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El Banco de México (Banxico) decidió dejar ayer en 3.75% la tasa de referencia, ante una desaceleración de la actividad económica y del consumo privado, exportaciones manufactureras estancadas y una inflación que no se ha contaminado por la depreciación del tipo de cambio.

El organismo advirtió que estará atento a la depreciación del peso y a la posición monetaria estadounidense.

Analistas consideraron que el tono del mensaje fue positivo; “sin embargo, [el banco] dejó claro que en caso de que hubiera un nuevo episodio de volatilidad o de presión sobre el tipo de cambio podría actuar”, señaló el subdirector de análisis de Vector Casa de Bolsa, Luis Adrián Muñiz.

El experto explicó que el organismo estará atento a “si sube la tasa en Estados Unidos y a su eventual afectación sobre las expectativas de la inflación”.

Banxico estableció que dado que el escenario central sobre el comportamiento de la inflación para el corto y el mediano plazos es congruente con la consolidación de la convergencia hacia el objetivo permanente de 3% no fue necesario modificar el nivel de la tasa de referencia.

Apuntó que algunos indicadores sugieren que a principios del presente año el consumo privado podría bajar. El banco también ponderó en su decisión que la inversión fija bruta registró señales de un posible cambio desfavorable de tendencia.

En el anuncio de la política monetaria, cuyos detalles se darán a conocer en abril, se realizó un recuento del comportamiento de los mercados nacionales e internacionales. En México se rompió con la tendencia negativa de la cotización de la moneda nacional, que sobrerreaccionó al entorno externo adverso, según el órgano. “En las últimas semanas se ha pronunciado la apreciación de la moneda nacional y la recuperación del Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores”, afirmó.

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